Rivaldo culmina un buen trabajo del equipo azulgrana
El Barça gana en Santander con dos goles en el primer tiempo
El Barça resolvió con autoridad una salida que tradicionalmente le ha costado ciertos disgustos. Tuvo un dominio del partido excelente y, una vez madurado, encontró a Rivaldo para decidir. El primer gol del brasileño fue una obra de arte: recibió la pelota en el pico del área derecha, sorteó a Espina, recortó a Mellberg y remató al ángulo izquierdo de la meta de Ceballos. Y suya fue también la jugada del segundo tanto: el centro templado de Rivaldo para la llegada de Cocu al segundo palo y la sentencia. El 0-2 con el que se atrapó el descanso dejaba pocas opciones para el Racing, que no encontraba su sitio en la cancha.La actitud defensiva del Barça resultó muy estimable dada la vocación ofensiva del grupo. La entrada de Gabri por Luis Enrique ayudó en la presión y recuperación de pelotas. Gabri es un futbolista muy laborioso, de gran recorrido, resistente y de buena llegada. El volante azulgrana cubre mucho terreno y se ofrece por igual en ataque que en defensa. El trabajo de Gabri y Cocu permitió al equipo azulgrana jugar con una relativa comodidad frente a un Racing destemplado.
RACING 1
BARCELONA 2Racing: Ceballos; Tais, Mellberg, Arzeno, Sietes; Manjarín (Bestchasnych, m. 59), Espina, Ismael (Billabona, m. 82), Amavisca (Morán, m. 80); Salva y Munitis. Barcelona: Hesp; Reiziger, Déhu, Frank de Boer, Sergi; Gabri (Xavi, m. 71), Guardiola, Cocu (Zenden, m. 68); Figo, Kluivert y Rivaldo (Bogarde, m. 88). Goles: 0-1. M. 39. Rivaldo recibe el balón en el vértice derecho del área, sortea a Espina, recorta a Mellberg y después, ante la llegada de Arzeno, remata con la zurda al ángulo contrario. 0-2. M. 45. Rivaldo aguanta por la izquierda, centra al segundo palo y Cocu cabecea ganando en el salto a su marcador. 1-2. M. 79. Salva transforma un penalti de Sergi al propio Salva. Árbitro: Puentes Leira, gallego. Mostró la tarjeta amarilla a Gabri, Sergi y Sietes. Sardinero: Unas 20.000 personas. No se llenó el estadio de El Sardinero. Cocu tuvo que retirarse por una lesión en el sóleo que no parece tener gravedad.
El grupo de Benítez tuvo que refugiarse en el contraataque, aguardando la pérdida de pelota del Barça, o las jugadas de estrategia. Tuvo mucho trabajo defensivo ante el martilleo constante de los barcelonistas. El equipo de Van Gaal abusó del entrejuego, se apoyó demasiado en las paredes y sólo llegó tres veces al área contraria. En las tres ocasiones, sin embargo, tuvo el gol a su alcance. Ceballos neutralizó por igual los remates de Rivaldo (a la salida de una falta), Figo (en un pase interior de Guardiola) y Gabri (en un cabezazo).
Las llegadas continuas de los barcelonistas a la meta del Racing fueron el anuncio del gol. Nadie como Rivaldo para decidir. Pese a que no ha disputado la pretemporada, el brasileño no ha perdido su buena relación con el gol. El Racing acusó el tanto del brasileño y encajó un segundo gol en el que fue tan importante el centro de Rivaldo y el salto de Cocu como el absentismo de los zagueros del equipo cántabro.
El arranque del segundo tiempo ratificó punto por punto el estado anímico de uno y otro equipo. Jugaba a gusto el Barça, con Rivaldo de faro ofensivo, y a contrapelo el Racing, sabedor de que marcarle tres goles a un equipo que en el primer tiempo sólo había concedido un remate era muy complicado.
Los azulgrana fueron a por el partido con el mismo espíritu que en el primer tramo. La diferencia estuvo en el Racing, que se desplegó con mayor entusiasmo, ayudado por la movilidad de Munitis y por la entrada en escena de Bestchasnych, un futbolista muy físico. Van Gaal tuvo que mover también el banquillo para equilibrar la contienda. Cocu quedó malherido en un choque con Arzeno y el portero, y el interior holandés perdió capacidad de despliegue.
El Racing aprovechó las disfunciones del Barça para dar fe de vida. Tuvo un mayor protagonismo, se mostró mejor dispuesto y encontró un gol que le metió en el partido. El penalti transformado por Salva le dio al encuentro un nuevo tono. El Barcelona acusó el esfuerzo y bajó los brazos. No es una situación nueva. Siempre le cuesta al Barça adaptarse a los arranques de temporada. El Racing entendió que podía darle la vuelta a la contienda y obligó al Barcelona a ponerse de nuevo el mono de trabajo. Los azulgrana montaron entonces un rondo intentando proteger la pelota, defenderla ante el acoso del equipo local, que se veía de nuevo con opciones.
La entrada al campo de Xavi auxilió a Guardiola en el control del juego, aunque el equipo perdió presencia en la cancha y capacidad de intimidación.
Van Gaal reaccionó de mala manera ante el cariz que adquiría la contienda. Retiró a Rivaldo y puso a Bogarde, en una acción que reflejaba el temor del técnico a que se le escapase una victoria que el colectivo azulgrana se había trabajado con ganas.
El partido recuperó al final el tono y el Barça firmó su segundo triunfo consecutivo frente a un rival que había arrancado de forma sorprendente ganando en campo del Valencia. El Barça no permitió ayer otra réplica del Racing.
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