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El PSOE reclama que se aclare si las plantaciones de crecimiento rápido se consideran cultivos forestales

Alejandro Bolaños

La vertiginosa incorporación de criterios medioambientales a la actividad económica ha dejado desfasada, en tan sólo siete años, la norma forestal que la Cámara andaluza aprobó en 1992. Si la Consejería de Medio Ambiente impulsó recientemente (entró en vigor en julio) una Ley de Incendios que suprime el articulado sobre prevención y extinción de fuegos, ahora el Grupo Socialista ha presentado en el Parlamento una iniciativa para modificar de nuevo la ley forestal. El PSOE quiere que se establezca una clara línea de separación entre las especies de crecimiento rápido (eucaliptos, por ejemplo) y los bosques "cuyas características se acercan a los ecosistemas complejos". La propuesta busca restablecer el equilibrio entre la producción de madera y la pervivencia de espacios forestales menos rentables, pero de mayor riqueza ecológica. "La ley que se aprobó hace siete años fue pionera, pero desde entonces se han impuesto nuevos conceptos que hay que incluir", explicó María del Carmen Ortiz, la portavoz socialista de Medio Ambiente en el Parlamento, para justificar la proposición no de ley que su grupo presentó la pasada semana. "La Cumbre de Río incorporó la sostenibilidad en la gestión de espacios naturales y eso se tiene que trasladar a la ley", argumentó Ortiz. La principal petición de los socialistas es la elaboración de una clasificación de los terrenos forestales "en función de las características físicas y biológicas de sus aprovechamientos" económicos. La portavoz socialista quiere que la Consejería de Medio Ambiente especifique si aquellas plantaciones cuya finalidad "exclusiva" sea "la producción de madera con especies de crecimiento rápido" deben ser considerados "cultivos forestales" y contar, por tanto, con ayudas públicas para su conservación y tratamiento (silvicultura). Los bosques producen (fundamentalmente madera y corcho) 25.000 millones de pesetas, el 2% de la renta generada cada año por el sector agrario andaluz. Las especies más explotadas son los eucaliptos (sobre los 250.000 metros cúbicos de madera al año), los chopos (60.000) y los pinos marítimos (30.000) y Huelva acapara cerca del 30% de la producción forestal. Frente al desarrollo de las especies de rápido crecimiento, como los eucaliptos, la Consejería ha optado por primar otros espacios forestales como los alcornocales (240.000 hectáreas en la región), un bosque que garantiza la biodiversidad y un aprovechamiento económico equilibrado. Ortiz quiere que ese criterio se extienda a toda la gestión forestal: "Se deben emplear nuevas medidas sancionadoras e incentivos económicos para que en los montes privados también se trabaje de forma sostenible". El 70% de la superficie forestal andaluza (4,3 millones de hectáreas) está en manos de particulares y entidades locales.

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