Alternativas
DE PASADAEn plena efervescencia ferial, con el fino rezumando por la piel, las palmas metías en el sentío, las gargantas afónicas, los bolsillos más vacíos y el ánimo más calmado (por los excesos concedidos, se entiende), sólo hay una cosa que explique, justifique y dé sentido a tanto sinsentido y tanto caos: la democracia del ocio. Hay de todo y para todos, sobran alternativas. Quien gustara del flamenco ha tenido cerca a Sara Baras, Tomatito o Carmen Linares, entre otros. A los amantes de la fiesta nacional no les ha faltado tampoco alternativa, la del almeriense José Olivencia, que se vio deslucida por sus toros pero llevó a buen puerto finalmente. En el plano musical, Sergio Dalma competía el viernes pasado con las orquestas Alcazaba y Trío Bahía, en la caseta municipal. Jovencitas enamoradas aclamaban al primero; familias gitanas al completo se contoneaban con los segundos a ritmo de Azúcar Moreno y con la pantalla gigante de Dalma, en la caseta contigua, por testigo. A los adictos de lo político y sus personajes tampoco les han decepcionado en la edición de este año. Julio Anguita hizo acto de presencia el sábado, el ministro Ángel Acebes pasó por la feria el lunes por la noche y Antonio Romero lo hizo ayer. Este cóctel de diversión, sociabilidad y desenfreno durante diez días parece buscar un solo fin: el placer y la felicidad. Para no ser ambiciosos, podríamos elegir lo primero (la felicidad engloba mucho más y todavía nos conformamos con sentir placer sin ser felices). En una definición del profesor José Ramón Ayllón, el placer es descrito como "estado afectivo agradable, unido a la satisfacción de un deseo o de una tendencia, al ejercicio armonioso de una actividad". Los días de Feria son días con poso filosófico. Lo imperdonable, para los renegados, es que no se escoja, que no se discriminen actividades. Esto es, que todos vayan a saco, a todo. La propia concejal de Cultura en Almería, Concha Márquez (IU), a la pregunta sobre las recomendaciones feriales para los almerienses, se jactaba en el trazado de una ruta que, personalmente, calificaba de acertada. A saber: inicio de la jornada con el toque de diana en los barrios de la capital, peregrinación a la Feria del Mediodía, cita inapelable en el coso taurino a las 18.30, visita al recinto ferial nocturno, chocolate con churros de madrugada y vuelta a empezar. Lo dijo Platón: "mientras los filósofos no gobiernen los Estados (...) no habrá reposo para los males de la sociedad". MARÍA JOSÉ LÓPEZ DÍAZ
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