El calor fue más duro que los jueces

El enorme calor que hizo ayer fue mucho más duro que los jueces. A diferencia de lo que suele ocurrir en la marcha, los abandonos fueron más numerosos que las descalificaciones. La explicación es lógica. El ruso Markov ganó con un tiempo casi cinco minutos más alto que su mejor registro de la temporada. En una prueba que es relativamente táctica, es decir, que se pueden hacer marcas cercanas a las mejores, ayer era imposible con tanto calor. No es normal que todos los marchadores, aparte de coger las esponjas y el agua obligadas en cualquier prueba de fondo, aceptaran ducharse con todo gusto en los sistemas de riego puestos en el recorrido. La temperatura cercana a los 40 grados lo que pedía no era ducharse, sino bañarse.Por ello, los abandonos, siete, ganaron esta vez a las descalificaciones. Y alguno fue casi una disculpa, como en el caso del mexicano Bernardo Segura. Cuando ya tenía dos amonestaciones y vio que no podía responder al ataque clave del kilómetro 14, se echó mano a la pierna derecha y se fue. Un plusmarquista mundial en pista y reciente ganador de los Juegos Panamericanos en Winnipeg (Canadá) no podía resistir la afrenta de quedar entre el montón. Empezó con la chulería de escaparse en la salida y terminó con otra. Pero la realidad es que pagó el esfuerzo de hace un mes solamente, el 26 de julio. Le sucedió algo parecido al ruso Rasskazov, que se retiró, pero hundido tras vaciarse cuando mandaba en la carrera con su compatriota Markov. Tiene sólo 19 años, es aún más joven que Paquillo. Markov, en cambio, ha cumplido ya 27 y lleva mucho camino andado. Subcampeón olímpico en Atlanta y campeón de Europa el año pasado en Budapest. La veteranía en el fondo es un grado.