Paquillo pierde el paso

¡Qué decepción! Paquillo Fernández, medalla de bronce en los pasados Campeonatos de Europa de Budapest, que llevaba una progresión magnífica pese a su juventud, sólo 22 años, falló en el peor momento, en su casa, ante su público. Y en la primera prueba de marcha, una modalidad que garantiza siempre al atletismo español algún lugar en los grandes podios. Ojalá no sea un mal presagio. El granadino, tras ganar medallas desde 1995 en todas las pruebas importantes de cada temporada, se hundió ayer con estrépito. Se mantuvo en el grupo de cabeza hasta el kilómetro 14, y cuando se produjo el gran ataque de los principales favoritos se quedó descolgado sin remedio. Acabó decimoquinto.El enorme calor, más de 35 grados, también le pasó factura, pero no hizo mella en el que parecía menos indicado para resistirlo, el ruso Ilia Markov. Descalificado en los pasados Mundiales de Atenas 97, esta vez marchó magníficamente y también sacó provecho de la nueva lotería de amonestaciones y descalificaciones en que se convierte ya habitualmente la marcha. Buen ejemplo de ello fue que los poseedores de las dos mejores marcas de todos los tiempos, el mexicano Bernardo Segura y el guatemalteco Julio Martínez sufrieron las consecuencias y quedaron fuera de la prueba.

Descalificaciones

Segura, precisamente, que venía de ganar los Juegos Panamericanos ante tres de sus principales rivales, su compatriota Daniel García, campeón del mundo en 1997, el ecuatoriano Jefferson Pérez, revelación y campeón olímpico en Atlanta 96, y Martínez quiso empezar ayer haciendo una demostración de poder. Mientras los 39 participantes esperaban la salida fue el único que se sentó, pero nada más sonar el pistoletazo se puso en cabeza y en una sola vuelta tomó 10 metros de ventaja. Eso, en marcha, es muchísimo y tales acciones sólo suelen hacerlas en las competiciones importantes marchadores de segunda fila para salir en televisión o que les aplaudan los espectadores del estadio antes de salir a la más dura y solitaria calle. Algo así como las escapadas de los modestos en ciclismo para justificar la marca publicitaria de turno.Pero lo de Segura fue una chulería que le costó cara. Corría, más que caminaba, y cuando se quiso dar cuenta le vino una primera amonestación que le frenó. Lo normal en la prueba de 20 kilómetros es que se vaya haciendo una selección, pero que el grupo de cabeza se mantenga numeroso al menos hasta la mitad del recorrido. Fue justamente García, el otro mexicano, quien tomó el relevo de su compatriota en cabeza. Los mexicanos se veían muy fuertes, pues el tercero, Alejandro López, no andaba lejos, y querían hacer la selección antes de tiempo. Pero no pudieron. García también se escondió, porque su triunfo en Atenas fue tras sufrir dos descalificaciones en las ediciones anteriores. El guatemalteco Martínez, aún más habituado a ser eliminado, bastante hacía con resistir, porque su estilo de marcha es más bien un trote ligero, y perdía fuelle en cada amonestación que le iba llegando periódicamente. Y entre todo ese movimiento, Paquillo resistía siempre, parecía sobrado, sin problemas, en todo momento por los lugares de cabeza, incluso . Las esperanzas depositadas en él se confirmaban. Podía luchar por las medallas.

Los rusos

Pero los fuertes, para sorpresa en una jornada sahariana, la más calurosa que se recuerda en unos Mundiales, iban a ser los rusos. Vladimir Andreiev pronto fue descalificado, pero Roman Rasskazov y, sobre todo, Markov, empezaron a dejarse ver desde los 5 kilómetros y a los 10 Markov era el rey. Pasó en cabeza la mitad de la prueba, con 42.51 minutos, aún con Martínez segundo y Paquillo quinto, en un pañuelo. El ecuatoriano Pérez, demostrando su astucia, empezaba a acercarse adonde se iba a cocer lo importante. Faltaba poco para el desenlace. En el kilómetro 14, cuando se cumplía la hora de marcha, se produjo el cambio de ritmo, ese equivalente a los que se producen en las pruebas de pista a falta de 200 metros o quizá más. Y Paquillo se quedó. No pudo resistir más el ritmo. Quizá si no hubiera forzado tanto en cabeza no lo habría pagado, pero era muy peligroso descolgarse para volver a cazar después a los mejores. Su intención era mantenerse lo más posible y no pudo. La gran ventaja es que es muy joven y aún tendrá muchas oportunidades.La lucha en cabeza aún la mantuvieron durante un kilómetro una docena de marchadores, pero pronto se redujo un quinteto, y tras descolgarse el italiano Alessandro Gandellini y el chino Li Zewen, a un trío, justamente a las que serían medallas, Markov, Pèrez y García. Y, entonces, Markov no dio respiro. Lanzó un segundo ataque y se fue definitivamente. Su ventaja aumentó por delante de la misma forma que Paquillo, con una amonestación de propina, se descolgaba por detrás. Y Pérez, en su última demostración de astucia, se impuso a García en la disputa por la plata. Odriozola (18), el otro español, se descolgó muy pronto y un sprint final para un puesto de telonero le costó salir en camilla. Demasiado esfuerzo para nada. La marcha española quedó ayer hecha trizas.