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CONCHA CABALLEROCOORDINADORA DE IU EN SEVILLA

"Los ofrecimientos al PSOE de gobernar en la Junta dejan a IU como una fuerza en rebajas" [HH] "Hay que borrar las mentalidades más estrechas"

Concha Caballero (42 años) es la candidata a suceder a Luis Carlos Rejón en la portavocía de IU en el Parlamento. Coordinadora de Sevilla y miembro de la dirección andaluza, opina que los ofrecimientos de varios de sus compañeros para gobernar con el PSOE en la Junta arrinconan a IU. Cree que la federación está desdibujada y critica las luchas por el poder.Pregunta. En octubre, IU celebra una asamblea regional. Respuesta. Espero que la política de alianzas no sea el debate rey. Se nominará a Romero candidato y yo le voy a apoyar porque él ha sido el coordinador en este periodo. P. ¿Habrá cambios organizativos? R. Hay que apostar por ideas abiertas y recuperar el original de IU sin romanticismo, renovar gente y mentalidades. P. ¿Qué mentalidades? R. Las estrechas, porque hay mucha gente a nuestro alrededor que comparte el proyecto. Hemos abandonado a los sectores profesionales, a los jóvenes. Debemos recuperar a los que no les gustan los aparatos de los partidos, los que son críticos. Si cerramos la puerta... P. ¿Comparte con Luis Carlos Rejón que el PP no es ya el de la regeneración, ni el PSOE el de Filesa o el Gal? R. En cierta medida, sí. El PP ha defraudado, aunque es una derecha moderna e inteligente con la que hay que tener cuidado. No creo en la caricatura de la derecha fascista de los años treinta. Han decepcionado. El PSOE no es el de Filesa, pero lo tiene que demostrar desde el gobierno, porque desde la oposición no se pueden crear filesas. P. En Andalucía gobierna. R. Yo veo un tremendo parón político, la gestión es francamente mala. Estas semanas que he estado en el campo he visto que hay una lluvia de millones de Europa que están sirviendo para remozar cortijos. No hay apuesta por la industria agroalimentaria, se está viviendo de un aparato enorme de propaganda y de unas vacas gordas que las hay en el conjunto de Europa. Falta una revolución, que desde luego no es la de Teófila Martínez, que va a la desprotección social. Se ha sustituido la política por la propaganda. No analizamos bien que cuando el PP gobernara en Madrid, IU se quedaría como un bocadillo. Es curioso: si no apoyamos al PSOE, se nos dice que estamos dando cancha al PP; si lo apoyamos y vamos un poco más lejos, que si estamos entorpeciendo los procesos. Nos hemos convertido en una especie de tercero en discordia de debates que no tienen la importancia que se les da. P. ¿Cuáles? R. Existe una mitificación de la financiación autonómica. Aunque nos estemos jugando miles de millones y que hay que dar la batalla, nada vale si ese dinero no se gasta adecuadamente. De la pelea con Madrid se ha hecho un fin. P. ¿Y el Gobierno central? R. Lo del Gobierno central es lamentable. No entienden lo que ocurre en esta tierra. Y han jugado con cierta política de castigo, que la ha habido, y con cierta política de dádiva, que también la ha habido. Pero con tal torpeza, que no han sabido ni apuntársela. En términos generales, la sociedad andaluza opina que el Gobierno central ha perjudicado a Andalucía.Pregunta. Luis Carlos Rejón deja la portavocía del Parlamento y usted es la principal candidata a sustituirle. Va a estrenarse en una legislatura agonizante. Respuesta. A nivel político, los pocos meses que quedan están casi muertos, pero para IU, después de la crisis que supuso el varapalo electoral, este periodo, aún siendo breve, es fundamental para recuperar el lugar político. P. ¿Cree que han perdido mucho espacio? R. IU está muy desdibujada. Teníamos una oferta política que fue capaz de ilusionar muchísimo a la gente desde la pluralidad. Ahora, esa ilusión está muy deteriorada, hay desconfianza. P. ¿Qué ha pasado? R. En parte, sería injusto no decirlo, la sociedad ha cambiado: es evidente que existe una derechización de los votos que afecta a todas las fuerzas políticas de izquierda, no sólo a IU. Y también nosotros hemos dejado a un lado el papel de representar la convergencia de la sociedad, el trabajo social, la apertura. Hemos dejado de ser realmente un lugar de encuentro de la izquierda y las ideas progresistas. IU se ha ido pareciendo demasiado a un partido político tradicional. Hemos abandonado nuestra originalidad, nuestra seña de identidad, que era esa frescura, ese estar abiertos a todo el mundo, ese aquí cabe todo aquel que quiera trabajar por Andalucía... Por el contrario, hemos asumido los roles de los partidos decimonónicos. P. ¿Ha influido en el retroceso electoral los errores durante la etapa de la pinza con el PP? R. Ya no es eso. En el análisis hay falta de seriedad y de sinceridad. No creo que los electores, ahora, nos hayan castigado por lo que hicimos hace tres o cuatro años. No tiene sentido, y la gente ni le concede tanta importancia a la alta política ni tiene la memoria organizada de esa forma. Insisto: lo que ocurre es que nos hemos olvidado de nuestras propuestas alternativas, aparecemos peleados, divididos. Aparecemos sectarios. Y está claro que la izquierda del siglo XXI no va a pasar por el sectarismo. Este es el argumento fundamental de la bajada, aunque, por supuesto, los restos de la campaña de la pinza y tal están ahí y alguna gente habrá hecho esa reflexión. P. ¿Hay muchos conflictos internos en IU? R. No existen grandes diferencias políticas, y el acuerdo básico es muy alto, pero es verdad que sí hay fuertes luchas por el poder. P. Cuando en los medios de comunicación aparecen críticas internas, sin nombre, al coodinador, Antonio Romero, él suele decir que los que cuestionan su gestión deberían dar la cara. R. En las reuniones internas sí se exponen las posiciones distintas. P. Pero no en los medios. R. Romero tiene parte de razón cuando dice que hay que dar la cara, y no hacerlo de forma sibilina. Pero también es cierto que para que se dé la cara tiene que haber un gran clima de confianza, y de que eso va a ser respetado y en ningún caso perseguido. P. ¿Hay desconfianza? R. De la crisis de hace dos años salimos con muchos recelos. P. ¿La imagen de una IU sectaria se ha potenciado tras la marcha de buena parte de los grupos que la integraban? R. Bueno, el proceso de la desmembración de Nueva Izquierda conducía a la salida. Ahí no había remedio. Pero en los casos de Los Verdes o el CAI... Eran gente que formaban parte del proyecto social de IU y que la sigue formando. P. ¿Y cómo se llegó a la ruptura de estos grupos? ¿Cree que el PCA actuó de una forma tajante? R. Se creó una dinámica muy mala. A veces no existen razones objetivas, aunque lo pueda parecer. Pasa como en las familias: se van creando unos tipos de relaciones que al final rompen la convivencia. Está claro que los resultados electorales nos han puesto a todos en el suelo: nos necesitamos. La izquierda del nuevo siglo tiene que ser verde, alternativa, abierta, y también comunista. Yo me reconozco de ese componente comunista, pero del que es convergente en la cultura de la izquierda. P. ¿Cómo se recupera la idea original de IU de aquí a las próximas autonómicas? R. Es muy difícil. Llevo dos meses dándole vueltas a la cabeza, pero creo que la recuperación viene simplemente hablando con mucha gente que ya no está. Y no me refiero sólo a los de los partidos que se marcharon, sino a aquellos de nuestro entorno, preguntarles qué piensan y escuchar lo que sale de abajo. P. Tras el fracaso electoral, varios dirigentes de IU señalaron como una forma de remontar el bache el acercamiento al PSOE. R. Hace falta un debate serio sobre la izquierda del futuro y la relación con el PSOE. Pero tiene que ser con profundidad, no al hilo de unos resultados electorales o acuerdos puntuales, aunque sean necesarios para la sociedad. No creo que la salvación esté en ir de la mano del PSOE. Tampoco en la confrontación. Hablando más claro: disputándole el papel al PSOE no se van a solucionar los problemas de IU. P. Dirigentes de IU han dicho que estarían dispuestos a compartir gobierno en la Junta. R. Eso no se ha discutido en ningún órgano. Estamos haciendo un debate muy por arriba. No es malo en sí, pero creo que antes de hablar de gobiernos hay que hablar de políticas y modelos. Esos ofrecimientos, lejos de situar bien a IU, nos colocan a la defensiva, como una fuerza política en rebajas. Hay que plantearlo más seriamente, incluso para que pueda tener futuro: hablar de qué cambios sociales queremos en Andalucía. ¡Para hacer el papel del PA en el Gobierno de la Junta, de guinda invitada y de coger sillones y poder...! P. Sin embargo, el discurso respecto al PSOE ha dado un vuelco. R. Pero eso está mucho más en las declaraciones de dirigentes que en lo que se ha ido aprobando. Yo estoy tan sorprendida como las bases de IU de las declaraciones de algunos. Nada de eso se ha aprobado. Y es cierto que está sonando, y que las declaraciones a las que me refiero inducen a ello, a que se ha producido un bandazo, mientras que los documentos siguen hablando de crear una situación en la izquierda, de los cambios de fondo, y no de esos ofrecimientos de gobiernos con el PSOE que no son creíbles para nadie y que nos arrinconan. Una fuerza política, por mucho varapalo electoral que se haya llevado, debe mantener la dignidad, la tranquilidad. P. Usted se abstuvo cuando la ejecutiva de IU aprobó el pacto para establecer gobiernos conjuntos en los ayuntamientos. R. Me abstuve porque se abría una puerta peligrosa, ya que el gobierno conjunto en un centenar de poblaciones, sin que realmente se haya producido un cambio político, nos complica las elecciones autonómicas: ¿cómo se plantea una alternativa a Chaves con todos esos ayuntamientos con pactos? Desde la debilidad no se debe hacer estas cosas. Lo hemos hecho al revés: hemos sido duros cuando estábamos fuertes y blandos cuando estábamos débiles. P. Entonces, el pacto local será una dificultad para las andaluzas. R. La experiencia lo dirá en cada sitio. Yo confío mucho en las bases. Si en esos lugares consiguen cambiar la situación, no tiene por qué ser un problema. P. El PSOE le ha acusado a usted de que, como coordinadora de IU en Sevilla, no ha trabajado en favor de los pactos. R. Es que el PSOE lo quiere todo. Es un impresionante aparato de propaganda y siempre tiene que señalar un malo. Ellos han salido muy beneficiados con los acuerdos. Lo que ocurre es que en algunas localidades los desencuentros entre ambas formaciones son muy fuertes y de nada vale llamamientos a la unidad desde arriba cuando las políticas y las personas están en polos opuestos. Yo no los he justificado en ningún caso, pero no se puede ir con la espada.

"IU está muy desdibujada, hemos abandonado las ideas alternativas y aparecemos divididos, sectarios"

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