Un informe ecologista culpa a Fecsa de la acumulación de algas que paró la nuclear de Ascó
El Servicio Mundial de Información sobre la Energía (WISE) responsabilizó ayer a la compañía Fecsa de la última parada de los dos reactores de la central nuclear de Ascó, ocurrida el pasado sábado, 14 de agosto, a la una de la tarde, como consecuencia de la acumulación de algas en el río Ebro. A juicio del WISE, el hecho de que Fecsa, responsable de la gestión de la hidroeléctrica de Flix, no abra con regularidad las compuertas de estas instalaciones favorece el estancamiento del agua entre la mencionada hidroeléctrica y la central nuclear de Ascó.
Las centrales de Ascó se encuentran un poco más abajo que la central hidroeléctrica, por lo que la regulación del cauce del que se nutren las nucleares para su refrigeración depende de la hidroeléctrica, según explicó ayer Jaume Morrón, miembro del WISE, organización no gubernamental de signo ecologista con sede en Amsterdam que promueve el uso de energías alternativas a la nuclear. En un comunicado, el WISE puntualiza: "Junto al calor de los últimos meses y al bajo caudal del río, la gestión de la central hidroeléctrica de Flix habría sido determinante para favorecer el desarrollo de la población de algas en el tramo del río comprendido entre la propia presa y la toma de agua de las bombas de agua de circulación de la central nuclear de Ascó". La acumulación de algas produjo una parada fortuita de los dos grupos de Ascó, que al día siguiente volvieron a funcionar. Abrir las compuertas Jaume Morrón señaló: "Cuando se produce una parada automática de estas características, se activan los mecanismos de seguridad y, si funcionan correctamente, no sucede nada. Pero no tiene ningún sentido que se creen situaciones de riesgo simplemente porque las algas acumuladas taponan el aporte de agua de refrigeración de las nucleares". "Si cada 15 días", añadió, "la hidroeléctrica abriera las compuertas, favorecería un movimiento de agua fuerte en la zona de meandros existente, que es muy propicia para que proliferen las algas". WISE exige la coordinación entre la central hidroeléctrica de Flix, propiedad al 100% de Fecsa, y la Asociación Nuclear de Ascó, sociedad en la que Fecsa participa también con el 52,5% del capital. "No se entiende que estando Fecsa en las dos empresas no puedan ponerse de acuerdo en una cosa tan simple", observó Morrón. El director de producción hidráulica de Fecsa-Enher, Enric Bondia, se mostró ayer de acuerdo en que "una corriente de agua constante en el río ayudaría a evitar concentraciones de algas como esta última". Y precisó: "No se trata de una situación anormal, sino que sucede en otros lugares". Fecsa considera que el problema radica en que "las concesiones de estas centrales hidráulicas son antiguas y de momento la legislación no exige un caudal mínimo", aunque, según añadió Bondia, "se trabaja con la Generalitat en esta línea". El mismo responsable de Fecsa aseguró que mantener un caudal mínimo en el Ebro a su paso por la central hidráulica costaría unos 50 millones de pesetas. El director de producción hidráulica de Fecsa-Enher afirmó: "[Mientras tanto] abrimos las compuertas con regularidad, en función de la necesidad que vemos. El último día que las habíamos abierto antes de la parada de Ascó fue el 27 de julio. Lo que ocurre es que últimamente se ha dado una concentración de algas muy superior a la habitual". La organización ecologista recuerda que ésta no es la primera vez que se produce una parada por acumulación de algas en Ascó. El 23 de mayo de 1990, estando la unidad 2 al 100% de potencia y como consecuencia de una gran avalancha de algas que superó la capacidad del sistema de limpieza de rejillas, hubo también una parada de emergencia.
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