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Reportaje:

A la sombra de la Aste Nagusia

El comienzo de la Aste Nagusia resta cierto protagonismo a las fiestas que se celebran también estos días en diversas localidades vascas, en especial en Vizcaya. Mientras en el Puerto Viejo de Algorta comienza la resaca, en Portugalete acaban de ponerse el pañuelo al cuello. Aquí las fiestas patronales se celebran entre el 14 y el 17 de agosto, con motivo de la festividad de San Roque, el día 16. En la calle, protagonista indiscutible, se ubican las tradicionales txosnas, siete en este caso, en las que, por un precio muy asequible, jóvenes y mayores pueden reponer fuerzas cuando el cuerpo lo pida. Como no se trata de competir, el programa de estas pequeñas fiestas se organiza sin tener en cuenta el de la competencia de Bilbao. Con un presupuesto menor todas ellas (la Aste Nagusia cuenta este año con 175 millones de pesetas), pero con la misma ilusión, los organizadores ofrecen, en líneas generales, un programa de actividades similar al de la vecina capital. Fanfarrias, txosnas, fuegos artificiales, alardes, comida popular, concursos, carreras de animales, verbenas y actuaciones musicales para todas las edades forman el eje principal de las celebraciones. Como novedad, en Portugalete se celebró ayer el I Concurso de Jotas, en el que todas las parejas mixtas que se atrevieron demostraron su habilidad en este arte. Aunque las grandes figuras del toreo no visitarán esta localidad, los más atrevidos pueden demostrar su coraje corriendo delante de las vaquillas o del toro de fuego. Y es que como la jornada hay que aprovecharla al máximo, son cada vez más las personas que, pañuelo al cuello o plano en mano, se dejan caer también por las txosnas de la capital. La amplia oferta de fiestas en ciudades y municipios cercanos, hizo perder en años anteriores cierto renombre a las celebraciones de Gernika. Pasado el bache, e intentando recuperar su tirón inicial, los gerniqueses fundirán estos días de San Roque y Andra Mari 23 millones de pesetas, financiados por el Ayuntamiento, un grupo de hosteleros y las txosnas, que aportarán 18, 3,1 y 1,5 millones de pesetas, respectivamente. Incluso se ha dispuesto un servicio especial de trenes para poder disfrutar también de la Aste Nagusia bilbaína, sin tener que coger el coche. Esta inversión se ha traducido en una lista de actos variada, que trata de ofrecer de todo y para todos. La carrera de burros que se celebrará mañana aportará la chispa graciosa a una jornada que transcurrirá entre gigantes y cabezudos, juegos para niños, el concierto de Reincidentes y la tradicional canzoncillada alrededor de la Fuente de Mercurio. Bilbao tiene en las fiestas de esta localidad un rival en toda regla. En una dimensión más pequeña, aunque sin desmerecer, se encuentra la Uresaranse-Fano Jaiak de Gorliz, que se celebra desde hace siglos a partir del tercer domingo de agosto. Esta localidad vizcaína cuenta con cerca de 4.000 habitantes, cifra que se multiplica por cuatro en los meses de verano. Aunque en la Oficina de Turismo de esta localidad afirman que es "casi imposible" conocer con certeza cuánta gente compagina ambas celebraciones, sí es cierto que han notado que cada vez más veraneantes disfrutan los primeros días de las fiestas locales y luego se trasladan a Bilbao. Con un presupuesto que supera en poco el millón de pesetas, en Gorliz los concursos gastronómicos de sukalkis (guiso tradicional) y tortillas se convierten en estos días en los reyes indiscutibles. Llodio, Ondarroa y Amurrio son otras de las localidades que estos días viven un espíritu festivo. Los ondarreses han organizado 62 actos para sus cuatro días festivos. Mañana los gansos serán los protagonistas principales de la jornadas. Los miembros de las cuadrillas intentarán hacerse con el ganso puesto en juego mientras se zambullen en las aguas de su ría. Aunque para disfrutar de muchas de estas actividades habrá que esperar ya al siglo XXI, todavía hay tiempo para acercarse al último día de algunas de ellas. Los madrugadores que se animen a ir a Portugalete se encontrarán con la incansable banda de los txistularis. Es cita obligatoria pasarse a las seis y media de la tarde con los más pequeños por la Bajada infantil, que parte del campo de San Roque. La Bajadilla de San Roquillo, que se celebra a las doce de la noche anuncia el fin de las fiestas. La quema de la jarrilla y la traca fin de fiestas darán el adiós definitivo. No hay que olvidar, que a Bilbao todavía le quedan seis días de mucha marcha. Las 40 txosnas y 31 barras de hostelería ubicadas por toda la ciudad están preparadas para acoger a miles de visitantes. La diversión sigue adelante.

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