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LA CRISIS POLÍTICA EN CEUTA Y MELILLA

Rato insiste en que el comportamiento de algunos socialistas "consolida" al GIL

Anabel Díez

El conflicto en Ceuta y Melilla, por el transfuguismo de dos militantes socialistas, se ha convertido en otro asunto más de controversia entre el PSOE y el PP, a pesar de que en principio parecía que ambos partidos lo iban a afrontar juntos. El vicepresidente del Gobierno, Rodrigo Rato, insistió ayer en que el PSOE "consolida" al GIL con su comportamiento. Los socialistas, "cansados ya" de pedir al PP que no vaya por esa vía, sólo se explican esa actitud por "mala fe" y pasan a la ofensiva preguntando a los populares por qué no atacan directamente la política del GIL.

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El pasado fin de semana ha culminado con las acusaciones directas de dirigentes del PP y de miembros del Gobierno de que la actitud del PSOE fomenta al Grupo Independiente Liberal (GIL). Los socialistas han tomado en serio y con preocupación esas afirmaciones cuando ha entrado en escena el vicepresidente segundo del Gobierno, Rodrigo Rato.El portavoz parlamentario del Grupo Socialista, Luis Martínez Noval, mostró a este periódico su propio malestar y el de su partido por la "mala fe" del PP en todos los avatares de Ceuta y Melilla, al considerar que los máximos dirigentes populares tienen pruebas evidentes de que el PSOE vive con consternación haber fallado en los pactos con el PP y en contra del GIL a causa del transfuguismo de dos de sus militantes (Malika Mohamed en Melilla y Susana Bermúdez en Ceuta).

Pero desde el Ejecutivo se insiste en que el PSOE, lejos de estar preocupado por el asunto, ha fomentado la situación. El vicepresidente Rato lo dijo ayer de nuevo a la agencia Efe. "El PSOE no es creíble respecto a lo que pasa en Ceuta y Melilla y yo me fío más de lo que dice Felipe González que de lo que expresa Joaquín Almunia, de cuyas palabras no me fío". De nuevo Rato hace alusión a aquellas frases de Felipe González según las cuales al GIL hay que derrotarlo en las urnas y no con pactos de todos contra su formación política. También dijo algo parecido su esposa, la diputada por Cádiz Carmen Romero.

González y Romero

Estas afirmaciones de González y Romero tenían como contexto la oposición general de los socialistas ceutíes y melillenses a pactar con el Partido Popular. Este rechazo era de tal calibre que les impedía aceptar las razones de la dirección federal en el sentido de que cualquier cosa es preferible a que gobierne el GIL. Algunos socialistas ceutíes, en concreto los números uno, dos y tres de la lista, prefirieron irse a su casa antes que votar a un presidente del PP. De esa manera no violentaban su conciencia y, al mismo tiempo, acataban la decisión de la dirección federal de apoyar al PP. La dimisión de los tres primeros llevó a que la siguiente en la lista fuera Susana Bermúdez, quien, tras muchas dudas, finalmente dijo que estaba dispuesta a votar al candidato del PP. Antes de eso, en el comité federal del mes de julio que se celebró para analizar la política de pactos poselectorales, la mayoría de sus miembros, procedentes de toda España, quedaron "conmovidos" por las intervenciones de socialistas de Ceuta, que de manera "desgarradora", según expresión de algunos asistentes, explicaron por qué nunca podrían votar al PP. En ese comité federal fue cuando Carmen Romero se mostró remisa a los pactos anti-GIL.Pero estas posiciones son las que dan pie al PP para hacer primero cábalas, y después acusaciones. "El PSOE tiene una actitud que consolida una opción política que, por otra parte, públicamente, algunos de sus dirigentes ya han respaldado, como es el caso de Felipe González", insistió Rodrigo Rato. Su compañero Javier Arenas, secretario general del PP, emitió ayer un comunicado en el que pide a Almunia que "desautorice las manifestaciones de Felipe González y de otros dirigentes que alientan al GIL".

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Indignación

La indignación se apoderó ayer del portavoz parlamentario, Luis Martínez Noval, que apeló a hacer una lectura detenida de las palabras de dirigentes del PP en relación con GIL. "Nunca critican su política de fondo. En cambio, nadie ha sido tan contundente como Joaquín Almunia en describir a ese grupo; de hecho, Jesús Gil parece que ha presentado una denuncia contra nuestro secretario general", recordó Martínez Noval. Este dirigente, sin embargo, así como la mayoría de la dirección socialista, reconoce que no tiene respuesta ante la evidencia de que la indisciplina de los suyos ha sido lo que ha llevado a las dos ciudades autónomas a esta situación. "Almunia ha perdido el control del partido", dijo ayer Javier Arenas.Aparentemente hay una contradicción en el PP. Si Almunia no controla el partido -por la existencia de indisciplina-, difícilmente ese transfuguismo puede obedecer a una operación diseñada por la dirección socialista para beneficiar al GIL. Pero este dilema tiene también respuesta para Rato.

"Es que quien manda es Felipe González y no Almunia". Rodrigo Rato continúa en su idea de que desde el PSOE se potencia el crecimiento de una fuerza de extrema derecha. "El que sabe de extrema derecha, sobre todo económica, es Rato", replica Martínez Noval.

Mientras la pelea sigue entre los dos partidos, el eurodiputado del PP, Alejo Vidal-Quadras pidió a ambas formaciones que analicen por qué han ido perdiendo votos en esas dos ciudades autónomas.

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Sobre la firma

Anabel Díez
Es informadora política y parlamentaria en EL PAÍS desde hace tres décadas, con un paso previo en Radio El País. Es premio Carandell y Josefina Carabias a la cronista parlamentaria que otorgan el Senado y el Congreso, respectivamente. Es presidenta de Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP).

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