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Una noche de "castells" en Llorenç del Penedès

No ensayan durante todo el año, no se someten a ningún tipo de preparación física, no tienen organización, ni local, ni uniforme, ni siquiera nombre. Simplemente, hacen castells porque les divierte y, sobre todo, para mantener una tradición única que se remonta al siglo pasado y que hoy se mantiene sólo en Llorenç del Penedès (Baix Penedès). Como todos los años, el lunes pasado por la noche los vecinos de la localidad se reunieron para levantar sus castells en la vigilia de la fiesta patronal. Esta población de 1.500 habitantes se encuentra equidistante de núcleos castellers tan importantes como Vilafranca, Tarragona, Valls y El Vendrell. Está, pues, en el meollo geográfico de la actividad castellera. Durante el siglo pasado, Llorenç era durante el mes de agosto un lugar de paso para los Xiquets de Valls -las únicas colles castelleres de la época-, que en su trayecto en carro hacía Vilafranca para actuar en la fiesta mayor, se detenían para descansar, alzar algún castell y sumar algún miembro más al grupo con vistas a la entonces trascendental cita de Sant Fèlix. Previamente habían pasado por Alió o La Bisbal y en el camino aún quedaban puntos como L"Arboç. Las colles de los Xiquets no estaban formadas sólo por castellers de Valls, sino que contaban con la participación de espontáneos del Camp de Tarragona y el Penedès para realizar sus proezas castelleres, algunas de las cuales no se han igualado todavía. De aquella colaboración quedó un poso en Llorenç: la víspera de su fiesta mayor, los vecinos salen a la plaza e intentan levantar las torres al estilo de los antiguos Xiquets. La referencia documental más antigua de esta tradición se remonta a 1890, unas fechas en que la explosión castellera iba en declive por causas socioeconómicas. La construcción de castells durante la noche del 9 de agosto se ha mantenido desde entonces, aunque con alguna irregularidad, como una actividad propia de la fiesta mayor. En los últimos 20 años, y coincidiendo con el renacimiento de la actividad castellera, este acto de los vecinos se ha convertido en uno de las más representativos de la fiesta mayor. El grupo de aficionados castellers de Llorenç está integrado por unas 70 personas que ensayan durante algunas semanas de julio con un solo objetivo: la noche del 9 de agosto. Algunos de sus componentes son castellers activos de colles como la Joves de Valls, los Castellers de Vilafranca y, especialmente, los Nens del Vendrell, pero el grueso de los castellers son simples aficionados. "Durante los pocos ensayos que realizamos somos cuatro gatos, pero el día de la actuación nos reunimos varias decenas de personas, todos de Llorenç", explica Josep Jané, uno de los impulsores del grupo que el resto de la temporada luce la camisa de los Nens del Vendrell. "Es una costumbre que nos proporciona buenos ratos de diversión, convivencia y fiesta", añade. Jané considera impensable que el grupo de aficionados pueda convertirse algún día en colla permanente: "En un pueblo de 1.500 habitantes no es posible tener una colla castellera". La última actuación de los aficionados castellers de Llorenç, celebrada el lunes, fue ciertamente histórica, no sólo porque fue la más completa de la centuria, sino también porque se levantó un castell nunca visto en ninguna plaza e ideado por ellos mismos: el vuit de sis, una estructura de quatre central con sendas torres laterales, que requiere tres anxanetes, si bien uno de ellos no llegó a ascender. Junto a este castell, completaron el tres de sis, el cinc de sis, el pilar de cinc y cinco pilars de quatre.

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