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EH vota contra la condena del ataque por 50 radicales a una edil donostiarra del PSE

Maribel Marín Yarza

Euskal Herritarrok marcó ayer de nuevo distancias con la condena de los actos de violencia callejera, pero esta vez no se limitó a desmarcarse, sino que votó directamente en contra de la declaración aprobada por la Junta de Portavoces del Ayuntamiento de San Sebastián para solidarizarse con la concejal socialista Arritxu Marañón. Medio centenar de radicales insultaron, zarandearon y escupieron a la edil en pleno centro de la ciudad en la noche del lunes. Marañón sintió "miedo, impotencia y humillación". Ayer, más relajada, dijo que lo que le inspiran sus agresores es "pena". El portavoz del Gobierno vasco, Josu Jon Imaz, recordó a EH que los acuerdos "están para ser cumplidos".

Eran las 20.30 de la segunda jornada festiva de la Semana Grande donostiarra y a unos 50 violentos les debió de resultar una afrenta que Marañón, concejal de Juventud y Deportes, de 28 años, pasease con dos familiares por la calle San Jerónimo de la Parte Vieja de la ciudad. "Nos acorralaron cincuenta personas o más contra la pared", relataba ayer conmocionada. "Cuando vi que el tema se ponía feo porque empezaban a chillar "asesina", traté de que quienes me acompañaban saliesen de la zona".Entonces, "rodearon" a la concejal y en su recorrido de unos 200 metros hacia el Ayuntamiento, donde buscó refugio, sufrió todo tipo de vejaciones. "Fueron escupiéndome por todas partes, zarandeándome, poniéndome zancadillas, dándome patadas en las piernas y tortas en la cabeza", recordaba. Marañón, concejal del PSE esta legislatura y anterior diputada de Juventud y Deportes en el Gobierno foral guipuzcoano, se dirigió a la casa consistorial no tanto "para dar parte" de lo sucedido, "sino para que avisaran al resto de concejales de que no fuesen a la Parte Vieja por seguridad". Después, sólo le quedaron ánimos para acudir a la Casa de Socorro y retirarse a su domicilio.

La edil, quien siempre ha reivindicado con su actitud la libertad de movimiento ante la violencia callejera, recibió ayer el apoyo de compañeros de corporación e instancias superiores de todos los partidos, salvo EH. La portavoz en el consistorio de la marca electoral de HB, Miren Zinkunegi, votó en contra del texto de condena del incidente en el que el PSE, la coalición EA-PNV y PP expresan además su rechazo a "las intimidaciones y amenazas de una minoría de fanáticos violentos alentados por grupos que, como Jarrai, se dedican a colocar carteles contra concejales del PSE-EE y del PP".

Cumplir los acuerdos

Lo que más criticó el alcalde donostiarra, el socialista Odón Elorza, es que EH no redactara una nota alternativa en otros términos. En episodios anteriores de violencia callejera, portavoces municipales de EH no respaldaron las condenas, pero no votaban directamente en contra.El portavoz del Gobierno vasco, Josu Jon Imaz, presente en San Sebastián por un acto oficial, recordó a EH que "los acuerdos están para ser cumplidos", en referencia al pacto de legislatura suscrito con la coalición independentista por los dos partidos que integran el Ejecutivo de Vitoria (PNV y EA). "Tenemos un acuerdo de legislatura firmado también por EH que es una aportación para el proceso de paz", dijo Imaz, en el que "se dice claramente que se apuesta exclusivamente por las vías políticas y democráticas y se exige también el respeto a todos los derechos de las personas". A ese mismo respeto aludió Elorza, quien destacó la "gravedad" de los hechos y mostró su deseo de que sólo sea un "episodio" de rebrote de la violencia en las calles, de hecho, el primero que se produce durante las fiestas de este verano en las capitales vascas. Frente a "ese fanatismo, ese odio", el alcalde abogó por extender "la cultura de la paz y la tolerancia". No fue el único en hacer ese llamamiento. Marañón, muy afectada, manifestó: "Espero que ellos [sus agresores] se reciclen y, por lo menos, sean igual que yo, es decir, que respeten lo que otros piensan".

La concejal no ha interpuesto denuncia. Tampoco sabría contra quién. Ayer aseguró que la tensión no le permitió reconocer a nadie en medio del tumulto. A quien cuestionó que se arriesgase a pasear por la Parte Vieja, uno de los lugares preferidos por los radicales en la ciudad, le replicó contundente: "Si no puedo hacer lo que hice ayer, que me cuenten. Entiendo que todos sin excepción tenemos derecho a la libertad de movimientos". Eso sí, reconoció que "hasta que supere la alteración" que le produjo el incidente no volverá por allí. Por otra parte, agentes de la Ertzaintza detuvieron anoche en Getxo (Vizcaya) a dos encapuchados a los que sorprendieron tras haber arrojado un cóctel mólotov contra una sucursal del BBV. Los detenidos son F.A.B., de 23 años, y G.M.T., de 18.

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