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UGT prevé que la falta de lluvias provocará la pérdida de dos millones de jornales esta campaña

La falta de lluvias va camino de convertir el presente año hidrológico (que concluye en septiembre) en el más seco de las últimas décadas. Si las asociaciones agrarias se suceden en evaluar el perjuicio económico a la producción final agraria, ayer el sindicato UGT cuantificó las consecuencias de la sequía en la renta de los trabajadores del campo andaluz. Según el secretario general de la Federación de Trabajadores de la Tierra de UGT en Málaga, Antonio Guerrero, se perderán dos millones de jornales en la campaña 1999-2000. Según las cuentas del sindicato, las pérdidas ascenderán a 10.000 millones de pesetas.

El secretario general de la Federación de Trabajadores de la Tierra reclamó en rueda de prensa un aumento de las inversiones públicas para paliar estas pérdidas, y restó credibilidad a los datos de las asociaciones de productores, a los que acusó de cuantificar los daños al alza para recabar ayudas de Gobierno central y Junta de Andalucía a fondo perdido. La ausencia de lluvias ha provocado un vertiginoso descenso del nivel del agua en los embalses en la región. Los pantanos apenas alcanzan, con 4.430 hectómetros cúbicos, el 45% de su capacidad. En 1998, por estas fechas, la capacidad media de las presas andaluzas (que aún disfrutaban de las reservas de tres años muy lluviosos) rozaba el 73%. La cuenca del río Barbate es la más deficitaria: sus embalses apenas almacenan un 34,2% de su capacidad total (277 hectómetros cúbicos). Por ahora, el aporte de agua a Cádiz se compensa con los pantanos de la cuenca del Guadalete, al 55,4% de su capacidad, si bien 20 puntos por debajo de lo que registraba en la primera semana de agosto del año pasado. Los datos de la cuenca del Guadalquivir muestran también un fuerte descenso en el nivel del agua. Si en agosto de 1998 sus presas guardaban 5.100 hectómetros cúbicos, ahora almacenan la mitad, mientas que los de la cuenca del Guadiana apenas alcanzan el 50% de su capacidad. Los pantanos de la cuenca del Sur están al 44,8% de su aforo, más de 28 puntos por debajo de su situación de hace un año. Algunos embalses están en estado crítico, como el de Cuevas de Almanzora, en Almería, con un 9,5% agua embalsada. Otros están muchísimo peor que hace 12 meses: El Limonero, en Málaga, está al 18,4% (75,6% en 1998) y el de Charco Redondo, en Cádiz, no pasa del 20,3% (77% en 1998). El consejero de Agricultura, Paulino Plata, considera que "este año se gastará mucha agua embalsada y si sigue la sequía la situación no sólo afectará a la actividad económica, sino también al abastecimiento a las ciudades". La solución a largo plazo, para el consejero del gobierno andaluz, es la construcción de nuevos pantanos: "El gobierno del PP ha desaprovechado tres años de lluvias, no ha sabido utilizarlos". Hay varias medidas que está aplicando ya la Junta de Andalucía como ayuda a los ganaderos, como complemento al decreto aprobado en junio por el Ministerio de Agricultura. "La Junta asegura cereales pienso para el ganado, establece puntos de abastecimiento de agua, ayuda en los medios de transporte", afirmó el consejero. También bonifica préstamos con una carencia del 0% en los intereses durante cinco años, y subvenciona el seguro integral de los cereales. El consejero rechaza la idea de ayudar al conjunto del sector sino "de forma solidaria a quienes estén mal y corran el riesgo grave de quedarse fuera de la actividad agraria". Las autoridades insisten en que el principal problema del sector agrario es la escasa inclinación que hay a suscribir seguros agrarios, para estar cubiertos en situaciones como esta sequía. Los agricultores asegurados no llegan al 14%, aunque en el caso de los cereales supera el 50%. Las bonificaciones que ofrece la Empresa Nacional de Seguros Agrarios y las subvenciones que da la consejería llegan en algunos casos al 75% del coste total de la prima de seguro, aunque como media el asegurado tiene que desembolsar el 35% de la factura. Asaja no está de acuerdo con las medidas que ofrece la Junta. "Los préstamos bonificados tienen que ser avalados con el patrimonio personal de los agricultores y cuando la Junta se retrasa en el pago de los intereses, son los empresarios los que acaban en el registro de morosos", afirmó Javier Ciézar, presidente regional de Asaja. Ciézar se quejó de que "es la primera vez que no se nos exime de pagar la contribución rústica, porque están muy pendientes de las cifras macroeconómicas". Tampoco le satisface la gestión del ministro de Agricultura: "Hemos pedido la dimisión del ministro Posada, porque no podemos estar esperando decisiones que nunca llegan".

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