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La Mesa de HB respaldó la condena de la violencia realizada por sus cargos públicos en Vitoria

La coalición radical tardará en repetir el gesto para no inquietar a sus propias bases

Los procuradores de Euskal Herritarrok en las Juntas Generales de Álava y los ediles de esa coalición en el Ayuntamiento de Vitoria que firmaron la declaración contra los métodos de intimidación en la política, que entraña una rectificación y autocrítica implícita a sus propios comportamientos, han contado en todo momento con el apoyo de la dirección de Herri Batasuna, que, además, acaba de ser duplicada con la inclusión de los 23 miembros de la Mesa excarcelados este mes tras la sentencia del Tribunal Constitucional. Al fin y al cabo, el gesto venía dado como un paso coherente dentro de la evolución y la progresiva normalización que Herri Batasuna ha experimentado estos meses, después de la tregua. Pero el primer intento de HB de desmarcarse del uso de la violencia en la política ha constituido también su primer traspiés. Por muy preparado que tuviera el gesto, la dirección de Herri Batasuna ha tenido que dar marcha atrás y "readecuarse", mediante su primera rectificación pública, para evitar que su alineamiento con todos los partidos sea interpretado por sus propias bases como un gesto sin contrapartidas. Fuentes de la coalición aseguran que la Mesa Nacional apoyaba el gesto, que tardará en repetir. Primero fue necesario que la Mesa de HB dominara las resistencias de los sectores del entorno, los jóvenes decididos a mantener la kale borroka (violencia callejera), para después llegar a suscribir el rechazo de HB a esos métodos como ocurrió el miércoles pasado. Sin embargo, aunque encajaba en el compás de su evolución, la dirección abertzale se ha visto obligada a "readecuar" su estrategia por miedo a no ser comprendida por sus bases. El aplauso unánime de los partidos, que saludaron así un gesto que consideran decisivo, no se ha visto correspondido por las bases radicales, en las que no se percibe una evolución pareja a la de los avances logrados desde la tregua de ETA -por ejemplo, el acercamiento de los presos-. La Mesa Nacional de Euskal Herritarrok se encuentra, sin embargo, en la necesidad de profundizar en la normalización con gestos que también le exigen los partidos nacionalistas de Lizarra (PNV y EA) para garantizar la consolidación del pacto de legislatura en el Gobierno vasco y dejarle entrar en las diputaciones forales de Vizcaya y Guipúzcoa, en las que HB pretende iniciar -ésa es su gran ambición- la política de gestión sobre su modelo de país. "La antigua Mesa se encuentra en su salida a la calle con una militancia en total sintonía con los contenidos del proceso de pacificación emprendidos por su dirección", afirman fuentes de Euskal Herritarrok, "así que, por mucho que algunos de ellos vieran mal, con recelo, desde la cárcel el giro en la línea política de la Mesa que les sucedió, EH ha emprendido un camino de imposible retorno".

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