Dineros
FÉLIX BAYÓN Resulta increíble que en el PSOE haya gente que no aprenda de los errores cometidos en los 80, década en la que buena parte del electorado fue retirando su voto a este partido. Sólo en parte se puede achacar aquel desencanto a la corrupción. El comienzo de la decepción tuvo mucho que ver con el abandono de esas maneras sobrias que tradicionalmente se identifican con la izquierda. Las primeras espantadas del voto socialista se produjeron después de episodios como el que protagonizó Guerra, al pedir un avión militar para librarse de un atasco en la frontera de Ayamonte; o tras ver a Felipe González subiendo al yate que fue de Franco, o al escuchar a aquel presidente del Congreso que, hace 10 años, dijo, con todo aplomo, que 400.000 pesetas -que es lo que el Estado pagaba por su casa- era un "alquiler normal". De nada sirvieron sensatísimas explicaciones que alegaban que barcos y aviones necesitan funcionar para mantenerse en correcto estado y que costaba igual que lo hicieran vacíos o llevando dentro a responsables políticos. Eran actitudes que buena parte del electorado creía impropias de la izquierda. El lunes, en la sección de cartas de este periódico, un veterano socialista, Luis de Azcárate Diz, de 78 años, se confesaba votante de Alfredo Sánchez Monteseirín y, a la vez, mostraba su súbito arrepentimiento tras ver la primera medida que el nuevo alcalde sevillano tomó nada más llegar al Ayuntamiento: subirse el sueldo. En este caso, las explicaciones dadas por los portavoces socialistas ni siquiera convencen. Nadie se explica las prisas con que se ha tomado una medida como ésta: si era necesario fijar los sueldos en los primeros treinta días, aún había margen para madurar la decisión. Tampoco se entiende que se tenga que subir el salario al alcalde porque haya cargos que cobren más que él: también son muchos los altos cargos del Gobierno que cobran más que el presidente. Es cierto que Monteseirín ganaba más antes, como presidente de la Diputación, pero eso no basta: ¿cuál sería realmente el valor de este hombre en el mercado laboral si no se dedicase a la política? Con todo, no se sabe si en este caso lo peor ha sido la metedura de pata, el intento de arreglarla o las excusas que se han puesto. Se ha tratado de manipular a los sevillanos con tics chovinistas: Sevilla no se merece, se ha venido a decir, que su alcalde cobre menos que el de Huelva. Además, se ha acusado falsamente a la anterior alcaldesa de cobrar dietas millonarias. De entrada, Soledad Becerril ha hecho públicas sus -bien espartanas, por cierto- cuentas de gastos. Ahora está por ver si Monteseirín es capaz de hacer con su pasado un ejercicio similar de transparencia. No podía empezar el PSOE con peor pie su gobierno de Sevilla. Hace unos pocos meses, en la precampaña de las municipales, el mismo día en que Monteseirín, con escasa modestia, se describía a sí mismo como "el referente de muchos hombres y mujeres que creen en el futuro", Manuel Chaves dijo de él que era "lo mejor del PSOE", sin que quedara claro si se trataba de un halago o de una queja. Parece que pronto vamos a poder salir de dudas. La marcha de Gabriel Díaz Berbel del Ayuntamiento de Granada nos había privado de un atolondrado edil que daba mucho juego periodístico. Monteseirín no parece mal recambio.
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