"No hay que hacer un drama de la salida de un cargo público"

En otoño despejará su futuro político sobre el que quiere meditar con serenidad y volverá a hablar con el presidente del Gobierno, José María Aznar, aunque sus palabras suenan a despedida. Entre tanto, Soledad Becerril (Madrid, 1944) aprovecha para "reinsertarse", recuperar pequeños placeres como los paseos solitarios y reconciliarse con la informática para arrancar un libro sobre su experiencia en política. Pregunta. Se ha retirado de la vida municipal desde que se constituyó la nueva corporación. ¿Es el síntoma de una retirada mayor? Respuesta. No me he retirado de la vida municipal, pero dejo de estar en el primer plano al dejar de ser la máxima autoridad de la ciudad y paso a ocupar el lugar me corresponde, el de concejal. Hay que saber pasar al plano que a uno le corresponde en este momento. P. Pero ha rehuido las comparecencias públicas. Sólo ha hablado para disipar las dudas sobre sus ingresos. R. No es el síntoma de nada más. El sitio que me corresponde ahora es distinto al de antes, de infinito menor protagonismo, pero seguirá siendo de trabajo y de actividad. P. ¿Y seguirá los cuatro años? R. Veremos. Me voy a tomar un tiempo prudencial para ver qué es lo más conveniente y qué debo hacer en el futuro, pero no quiero precipitarme en tomar ninguna decisión y, desde luego, procuraré cumplir cada día con mi función. No voy a tomar ninguna decisión aprisa y corriendo, no es mi manera de actuar ni hay necesidad. También hace falta un poco de serenidad y calma, de saber encajar las cosas y las reglas del juego de la vida política. P. ¿Qué es lo más difícil del cambio? R. Hay que saber ganar con un poco de humildad y hay que saber salir de los sitios con dignidad y con la conciencia tranquila. Tampoco hay que darle más trascendencia, no hay que hacer de la salida de un cargo público un drama. Además, yo he sido muy afortunada. Durante muchos años ambicioné llegar a ser la alcaldesa y, después de ocho años de trabajo en el ayuntamiento, logré esa ambición. Ser la alcaldesa de la mejor ciudad del mundo, representarla y defender a mis vecinos ha sido bueno. No tengo nada que reprochar. P. Hay otros alcaldes del PP, que no han repetido, que han puesto en la picota los pactos electorales. R. No creo, ni he leído, que hayan puesto en duda la legitimidad de los pactos. Para algunos ha sido muy duro que aquella lista que ha recibido mayor castigo, como el caso de Córdoba, sea luego la más exaltada y la que ocupa la alcaldía. Es muy duro de aceptar, no sólo para el PP, es muy duro de aceptar para los electores. Pero yo no hago ninguna tragedia porque no tengo motivos para hacer de esto una tragedia personal ni un drama político. Primero, porque he sido la ganadora, la lista más votada, y eso es un motivo de satisfacción; yo me lo he ganado. Y, además, mis circunstancias no son para hacer un drama ni nada parecido, hay miles de personas a mi alrededor que sí viven situaciones dramáticas. P. ¿Sería partidaria de reformas legales para evitar pactos? R. Hay que estudiarlo porque la decepción es general, no sólo en esta ciudad. Hay decepción y no compresión de muchos vecinos, que no entienden cómo partidos, que han sido claramente castigados y que han tenido un retroceso, son luego los que salen más victoriosos y consiguen la alcaldía. Y eso no es bueno porque en democracia todo el mundo es muy celoso de su voto. La gente debe entender que al final tu voto sirve y se refleja en la composición de un gobierno. P. Pero puede sonar a oportunismo que ahora el PP se plantee reformas electorales, cuando en otros momentos los pactos le han beneficiado. R. Primero no hay que dudar de la legitimidad. Esta es la ley y esto es legal, son las reglas del juego que nos hemos dado y punto. Pero creo que convendrá estudiarlo despacio para el futuro y repito que con independencia de quien pueda ganar en cualquier momento. El resultado es igual a efectos de asombro para los electores. Lo que no se entiende es que partidos castigados y que han perdido muchos votos, luego ocupen el papel preponderante o la alcaldía. P. Durante la campaña repitió que el pacto entre PSOE y PA estaba hecho. ¿Era una mera intuición o tenía pruebas? R. De esas cosas no suele haber pruebas documentales. Pero así lo creía y mis informaciones eran que eso tenía muchas probabilidades de hacerse. Como así se hizo. P. Entonces, ¿no se creyó las negociaciones del PA con el PP? R. Es que no llegó a haber negociación. P. O contactos. Usted tuvo un encuentro con Alejandro Rojas-Marcos. R. Bueno, hubo unos contactos. Y con Rojas-Marcos no duró más de media hora. No hubo tal negociación, sé lo que es porque he hecho muchas a lo largo de mi vida política y una negociación es otra cosa, entras en los temas. De eso no hubo. P. ¿Qué actitud mostró Rojas-Marcos en ese encuentro? R. Tuvimos un cambio de impresiones, pero no pasó de ahí. Yo le di mi visión de cómo debería funcionar el Ayuntamiento en el futuro, pero no entramos en la negociación. P. Ha aparecido como la mala de la película, la responsable del fracaso de las negociaciones entre el PP y el PA. R. No lo creo. Ante la opinión pública, no. Y lo que me interesa es dejar las cosas claras ante la opinión pública y los votantes. Primero no hubo esa negociación y creo que lo tenían bastante pensando entre el PA y el PSOE. Y, en segundo lugar, si la hubiera habido, yo hubiera mantenido la posición que defendí en público y es que a un alcalde no se le puede arrebatar el diseño de una ciudad. Y que a una alcaldesa que había ganado unas elecciones como yo no se le puede quitar el control del diseño de un modelo de ciudad. A un alcalde tampoco se le pueden quitar las competencias en materia de urbanismo. El alcalde tiene que ser responsable de decisiones que se van a tomar en los próximos años, muy importantes desde el punto de vista económico y del concepto de la ciudad, en virtud de las cuales, muchas personas y empresas se van a ver afectadas económicamente, favorable o desfavorablemente. No se le puede arrebatar a un alcalde, para mí es una cuestión de principios. Y estoy decidida a mantener los principios que tengo. P. En su discurso del 3 de julio, dijo que un alcalde siempre tiene la responsabilidad aunque no tenga la competencia. ¿Pensaba en sucesos como el del Bazar España? R. Lo dije en términos generales, pensando en el futuro. Cuando ha habido en el mandato pasado dificultades dentro de la coalición, al final yo he sido la responsable, tuviera o no tuviera las competencias directas. Al final la responsabilidad era mía y la cara la ponía yo.

"No hay que dudar de la legitimidad de los pactos, pero convendrá estudiar una reforma"