La superficie y la plantilla de los campos de golf se ha cuadruplicado en los últimos diez años
Málaga concentra 34 de las 58 instalaciones dedicadas a este deporte en la comunidad
El turismo de calidad se presenta cada día más como salida y solución a la masificación turística que sufren muchos municipios de las costas andaluzas. Esta nueva posibilidad ha encontrado en el golf un inmejorable reclamo para visitantes de todo el mundo, como demuestra el crecimiento de las instalaciones dedicadas a este deporte en Andalucía en la última decada. Un ejemplo espectacular de esta expansión es el club de golf de Alhaurín el Grande, en Málaga, inaugurado en septiembre de 1994 y que ocupa una extensión de 150 hectáreas. Gracias a iniciativas como ésta, los visitantes extranjeros y los aficionados españoles al golf han pasado desde 1989 de contar con 24 campos -la mayoría sólo disponibles para socios- al medio centenar de instalaciones existentes en la actualidad, con acceso público en la mayoría de ellas. Los precios que se manejan son muy variables, aunque los aficionados que este deporte tiene en Andalucía pueden disfrutar del golf por unas 4.000 pesetas aprovechando la vigencia de la actual temporada baja de verano. El caso más barato es el del pequeño campo de nueve hoyos de Artola, en Marbella, en el que la jornada de golf sale por 1.000 pesetas por persona. Como reconoce su director, Antonio Carrasco, este campo "es un poco sui generis y está pensado sobre todo para principiantes y personas mayores que no pueden hacerse un recorrido de 18 hoyos". El caso contrario nos lleva a clubes que cifran el recorrido completo en 10.000 pesetas por persona. Aunque las características de los campos en cuanto a instalaciones y personal no son nada homogéneas, el crecimiento del sector queda patente si se tiene en cuenta además que las personas que viven directamente del golf en Andalucía se han multiplicado por cuatro desde 1989. Mención especial en el desarrollo del sector golfístico merece el caso de Málaga, en donde, especialmente en la Costa del Sol, se encuentran 34 de los 58 campos de golf andaluces. En la provincia malagueña se encuentra además el Real Club de Campo de Málaga -de 1928-, que, junto al sevillano Real Club de Golf de Pineda -de 1939-, son los dos campos más veteranos del circuito andaluz. El caso opuesto al de Málaga es el de Jaén, donde hoy por hoy no existe ningún campo de golf reconocido. Existen dos clubes, aunque sin campo: el de Sierra de Segura, en La Puerta de Segura, y el de La Garza, en Linares -éste último con un campo de nueve hoyos en preparación. La concentración de estos complejos en la costa revela la importancia en estas iniciativas de los capitales extranjeros. La última de las grandes inversiones que ha recibido el golf en Andalucía es la del complejo turístico de Sotogrande (Cádiz), en el que se van a gastar 3.000 millones de pesetas a la construcción de un nuevo hotel con campo de golf y que recibirá en noviembre a la Copa del Mundo de Golf. La necesidad ha llevado a estas instalaciones a evolucionar en la dirección de acompañar su presencia con la de un hotel de cuatro o cinco estrellas, que facilitara la afluencia turística. El complejo de La Cala, en Fuengirola, por ejemplo, según su responsable de comunicación, Anto Carmona, la cercanía de un hotel "facilita al golfista el acceso sin necesidad de transporte pudiendo salir de su habitación con las botas puestas".
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