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Eliseo Quintanilla

Eliseo Quintanilla, empresario, ha sido uno de los primeros beneficiarios por los efectos colaterales positivos del Parque Temático de Benidorm. Participa en una sociedad que compró terrenos en las inmediaciones a 50 pesetas el metro cuadrado y los vende ahora a 2.750. Casi mil millones al coleto. Nada podría objetarse a este golpe de buena fortuna, pero siendo este caballero consejero del citado parque resulta insoslayable la sospecha del pelotazo. Sobre todo para el cándido que vendió esos eriales. Antoni Torres, constructor, saca pecho y amenaza con levantar una torre de 19 alturas en el solar de los jesuitas. Al mismo tiempo, el arquitecto diseñador del hotel proyectado defiende su obra frente a las descalificaciones que le ha otorgado la Consejería de Cultura. Muy lógico que ambos defiendan sus intereses, que nunca serán tantos ni tan legítimos como para perpetrar ese atentado a un paisaje urbano singular. No pasarán.

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