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La ONU advierte de que la mitad de los kosovares encuentran sus casas destruidas al regresar

Jorge Marirrodriga

ENVIADO ESPECIALMiles de albanokosovares han comenzado a reconstruir sus casas antes de que algún organismo internacional haya evaluado los daños por la lentitud de los trabajos para censar las viviendas dañadas y la demora de las ayudas. El 47% de los albanokosovares no tiene un hogar al que volver, ya que al menos 67.000 edificios han quedado gravemente dañados, según reveló ayer en Pristina Dennis McNamara, enviado especial de las Naciones Unidas para los Balcanes. El presidente del Banco Mundial, James Wolfensohn, visitó el miércoles la zona y estimó en 50 millones de dólares (9.000 millones de pesetas) la ayuda de emergencia a Kosovo.

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"Necesitamos dar cobijo y sistemas de distribución de agua y energía a esas personas antes del otoño. El invierno aquí es muy frío y necesitan un techo, comida y sistemas sanitarios", aseguró McNamara. "Debemos ofrecerles no sólo asistencia material, sino también asesoramiento técnico sobre cómo llevar a cabo estos trabajos".Muchos albanokosovares temen que el próximo invierno sus viviendas continúen en el mismo estado de destrucción en que las encontraron a su regreso de los campos de refugiados. "Mi familia volvió hace un mes, la mayoría de las casas del pueblo están destruidas y por aquí no ha aparecido nadie", se lamentaba ayer Arshim Shaijam, natural de un pueblo a 10kilómetros de Pristina, que se ha visto obligado a trasladarse a la capital kosovar a falta de espacio suficiente en la tienda plantada frente a la casa familiar. Esta situación, denunciada por la prensa local, está provocando el enriquecimiento de los fabricantes y transportistas de materiales de construcción de Macedonia y Albania. Las tejas y los marcos para las ventanas se están vendiendo a precio de oro y es difícil comprar ladrillos y cemento en las fábricas de Skopje o Tirana ante la demanda de estos materiales.

Para calcular el número de casas destruidas, en su gran mayoría debido a los incendios provocados por policías y paramilitares serbios, se han utilizado fotografías obtenidas por satélites estadounidenses. "Es increíble el número de casas sin techo que se pueden observar", comentó Ron Redmon, portavoz del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) en Kosovo.

Los mayores daños se observan en el centro y oeste de Kosovo. La semana pasada, el general italiano Mauro del Vecchio aseguró que el 75% de las viviendas de Pec había quedado inutilizable. Es en esta región donde un mayor número de particulares ha decidido comenzar a rehabilitar las casas. Dennis McNamara anunció, en una conversación con varios periodistas, que se está elaborando un plan de reconstrucción de viviendas a gran escala, pero que no estará terminado hasta la primavera del 2000. El representante de Naciones Unidas se mostró especialmente molesto con las informaciones que señalan que el daño causado a las infraestructuras del país no es tan grave como se había sospechado. "Esto no ha sido un conflicto militar clásico; ha sido una batalla contra la población civil y, en especial, contra sus viviendas. El objetivo eran las casas". McNamara añadió que el 80% de los servicios básicos no funciona y que el 40% de los recursos de agua está contaminado.

El pasado miércoles, el presidente del Banco Mundial, James Wolfensohn, pudo comprobar en persona los estragos causados en la economía del país y señaló que serán necesarios 50 millones de dólares (unos 9.000 millones de pesetas) como primera ayuda de emergencia para Kosovo. Wolfensohn subrayó que hay que levantar la economía kosovar "desde abajo" y destacó la necesidad inmediata de comenzar a pagar inmediatamente salarios a los trabajadores. "No podemos establecer un sistema económico basado sólo en las donaciones". En la actualidad, numerosos profesionales, como los médicos del hospital de Pristina o los bomberos de la capital, prestan sus servicios con carácter voluntario y totalmente gratuito. "Pero lo importante no es la cantidad de dinero, sino la urgencia con que éste debe ser entregado", añadió.

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Sobre la firma

Jorge Marirrodriga
Doctor en Comunicación por la Universidad San Pablo CEU y licenciado en Periodismo por la Universidad de Navarra. Tras ejercer en Italia y Bélgica en 1996 se incorporó a EL PAÍS. Ha sido enviado especial a Kosovo, Gaza, Irak y Afganistán. Entre 2004 y 2008 fue corresponsal en Buenos Aires. Desde 2014 es editorialista especializado internacional.

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