Xavier Duran dice en la Universistat d"Estiu a Gandia que la novela debe implicarse en el debate científico
Una de las asignaturas pendientes de la literatura del siglo XX es profundizar en las nuevas visiones del mundo que ofrecen los avances tecnológicos y científicos. Cambios tan importantes como la energía nuclear o la manipulación genética, con los consiguientes problemas éticos que conllevan, o la llegada de Internet como nuevo medio de comunicación, "no han estado suficientemente explotados" entre los literatos contemporáneos. Un aspecto "preocupante" para el químico y periodista científico Xavier Duran, y que centró la ponencia La ciencia en la novela, que impartió ayer en el curso De bestias y poetas. La divulgación científica en la literatura y el arte, de la Universitat d"Estiu de Gandia. Duran hizo un repaso de la historia de la literatura para demostrar la abundante presencia de aspectos científicos en la novela, y hasta qué punto las corrientes científicas fueron incluso "imprescindibles" y determinantes en la obra de ciertos autores. Un ejemplo fue la influencia de las teorías de Newton, tratadas con ironía en el libro de Jonatan Swift, Los viajes de Gulliver, y criticadas en la obra autobiográfica y literaria del escritor y científico Johannes Wofgang Goethe. Los grandes inventos, como el ferrocarril o el telégrafo, acompañados de un fuerte impacto social, marcaron el siglo XIX. Es por ello que sirvieron de argumento a escritores como Dostoievski, en su novela Los hermanos Karamazov (1880), en la que el autor se muestra, según Duran, "radicalmente crítico con la tecnociencia y sus efectos". Cambios de época Los retratos del francés Emile Zola de la sociedad industrial y de los movimientos obreros en su obra Germinal, o los efectos de la industrialización relatados por Charles Dickens, son otros ejemplos que refuerzan la implicación de los autores literarios en los cambios de la época y los avances tecnológicos. Sin embargo, "en este siglo sólo encontramos algunas novelas que tratan la industrialización o las nuevas tecnologías, pero no extraen el jugo que deberían", manifestó Duran. La distancia entre ciencias y humanidades es una de las dificultades que explican la falta de reflexiones científicas en la literatura. "La novela podría recoger discusiones interesantes y muy enriquecedoras" sobre la sociedad actual, y para ello es necesario que los "grandes autores" del momento se impliquen en estos temas, señaló.
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