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Los rumanos serán realojados en terrenos aislados de Fuencarral, Vicálvaro y Vallecas

Las familias rumanas expulsadas de Malmea serán realojadas en cuatro campamentos que se levantarán en el Camino de San Roque (Fuencarral), en Valle Grande (Fuencarral), en la Cañada de los Canteros (Vallecas Villa) y en el Camino del Espinillo (Vicálvaro). Así lo manifestó ayer el ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, durante su comparecencia en el Congreso de los Diputados para explicar la expulsión de estos inmigrantes el 8 de julio. Todos son terrenos aislados, pero, según las instituciones, disponen de paradas de autobús en las cercanías.

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Mayor sostuvo en su comparecencia los mismos argumentos defendidos por la Delegación del Gobierno y el Ayuntamiento de Madrid, según los cuales estas familias no fueron expulsadas por el fuerte dispositivo policial, sino que se marcharon "voluntariamente" en una operación de limpieza del insalubre poblado.PSOE e IU quedaron defraudados, porque esperaban un tono más autocrítico, ya que, días antes, el ministro había manifestado en Santander que la operación "no fue del todo satisfactoria". Ayer sólo dijo que "cualquier solución era mala, la tomada y cualquier otra".

El Ayuntamiento de Madrid propuso siete terrenos para levantar los campamentos de tiendas de campaña. Pero sólo cuatro de ellos han recibido el visto bueno de los representantes de la Comunidad de Madrid, de la Delegación del Gobierno y de ONG como Cruz Roja y Comisión Católica de Migraciones.

Un terreno es ya conocido. Se trata del Camino de San Roque, una aislada vaguada situada junto a la avenida de Burgos, donde estas familias llevan viviendo en tiendas de campaña militares desde el 10 de julio. Allí fueron trasladadas por el Consistorio madrileño para "72 horas", después de que acamparan en el parque Norte tras su expulsión de Malmea.

El terreno del Camino del Espinillo se encuentra en el kilómetro 11 de la carretera de Valencia, a unos doscientos metros de esta vía. Es el único que no dispone de transporte público en las inmediaciones, pero, según la consejera de Servicios Sociales de la Comunidad, Pilar Martínez, se habilitará en sus proximidades una parada de autobús. Este solar, como el de Vallecas Villa, fue adquirido por el municipio para construir un poblado de realojamiento de chabolistas, pero en ambos casos los planes se descartaron y los terrenos quedaron sin uso.

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El campamento de la Cañada de los Canteros estará situado en el kilómetro 14 de la carretera de Valencia, al borde de la futura M-50. Según las instituciones, dispone de una parada de autobús a 700 metros, en el cruce de la Cañada Real con la carretera de Valencia.

En esta zona estaba pensado realojar a las familias chabolistas de Cañada Real en casas bajas de hormigón, pero el proyecto quedó desechado porque se consideraba que iba a acabar convirtiéndose en un gueto. Ahora, las administraciones madrileñas justifican la elección alegando que se va a tratar de campamentos provisionales para tres meses.

El campamento de Valle Grande, en Valdelatas, se ubicará en el kilómetro 17,8 de la carretera de Colmenar. En la zona se encuentra la Ciudad Escolar de San Fernando, que alberga ahora a refugiados albanokosovares y una residencia de ancianos. Según las instituciones, hay cerca dos paradas de autobús.

Cada uno de los campamentos albergará a unas noventa personas, algo más de lo previsto, ya que, en un principio, se hablaba de asentamientos de no más de 70. Este aumento se debe a que sólo se han pactado cuatro ubicaciones, no cinco, y a que se va a realojar a 355 personas, que son las que ahora viven en el Camino de San Roque, y no sólo a las 280 censadas en un principio.

Los asentamientos estarán formados por tres grandes tiendas de campaña para servicios comunes (cocinas, comedores, servicios y la oficina de atención social) y una serie de carpas con literas, en cada una de las cuales se alojará a una familia. Serán recintos cercados con postes metálicos y una alambrada "para impedir que se extiendan con chabolas y con nuevas familias". Sus habitantes contarán con una tarjeta identificativa para entrar al recinto.

Cada uno de estos núcleos le costará 12 millones de pesetas al Gobierno regional. La consejera asegura que las obras comenzarán este viernes. "Durarán unas tres semanas, porque son terrenos donde hay que hacer acometidas de agua y eso lleva un trabajo", explica.

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