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Desarrollo insostenible

JOSEP TORRENT De los grifos de Xàbia y Dénia sale, cuando sale, un líquido salobre y lechoso que en nada se parece a aquella vieja y válida definición del agua potable: incolora, inodora e insípida. En los municipios turísticos de La Marina Alta el agua tiene olor, color y sabor cuando lo tiene porque, más a menudo de lo conveniente, de la red del servicio de aguas potables sólo mana aire. Este verano las restricciones afectan a las poblaciones citadas, pero el pasado fue Moraira y el que viene Dios sabe cuántas localidades de esta y otras comarcas tendrán que recurrir a los camiones-cuba o los depósitos para que los vecinos acudan a acarrear garrafas. El presidente de la Generalitat en su discurso de investidura se refirió al desarrollo sostenible como uno de los objetivos de esta legislatura. Eduardo Zaplana quedó la mar de progre y de bien con este sonsonete porque alguien le habrá dicho que es moderno y hace fino. Vale. Pero, aunque él no lo sepa, llega tarde. La construcción en toda la Costa Blanca está disparada, cada día son más las promociones, los apartamentos, los hoteles y los campos de golf que están en marcha sin que nadie quiera caer en la cuenta de que los recursos hídricos se reducen en progresión geométrica y que empieza a ser difícil, ya no aguantar a los sufridos vecinos que mal que bien contienen su indignación, sino evitar que todos los responsables de la industria del turismo pongan el grito en el cielo y comiencen a movilizarse contra el despropósito de un desarrollismo urbanístico caótico y salvaje. No tardará mucho en llegar el día en que esos responsables de la industria turística digan basta al desastre actual. En Baleares incluso los hosteleros se han pronunciado a favor de frenar la concesión de licencias porque son conscientes de que van a matar la gallina de los huevos de oro. En la Comunidad Valenciana se prima y se premia, con Julio Iglesias de promotor, la puesta en marcha de urbanizaciones. El actual desarrollo es insostenible y la oposición de vacaciones.

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