La guasa de ser delfín
Ahora resulta que desde Aristóteles a nuestros días estábamos confundidos con los delfines. Según algunos "expertos" e "investigadores" de EEUU, de los que da razón W. J. Broad en EL PAÍS el 8 de julio, estos hasta ahora pacíficos mamíferos no lo son tanto, sino protagonistas de todo tipo de crímenes y horrores subacuáticos de los que ni Cousteau ni Rodríguez de la Fuente se enteraron nunca.Es un hecho sabido que las investigaciones libres prácticamente no existen. Sea público o privado, detrás de un investigador, o de su equipo, hay un promotor. ¿No será que, tras tanto experto que cree y tanto investigador que hace hipótesis, hay un poderoso lobby de la pesca del atún con sus millonarios (en dólares) beneficios pagando estudios teledirigidos? Porque lo que también es un hecho constatado, aunque no publicado a los cuatro vientos, es que en la pesca de los atúnidos mueren gratuitamente todos los años miles y miles de delfines. Ser delfín tiene su guasa. Primero te torturan y te matan; luego te tildan de asesino.- .
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