Isleños nostálgicos
DE PASADAMenos mal que los británicos se confiesan con sinceridad a los encuestadores sociológicos. Si alguien escondía con vergüenza, como el colmo del oprobio, que a una isla desierta se llevaría el despertador y la agenda con los teléfonos de su universo particular (aunque al curioso demoscópico le dijese con aplomo que arramblaría con las obras completas de algún premio Nobel como Gabriel García Márquez o Toni Morrison, o también una copia de Casablanca, o incluso a Montgomery Clift redivivo), tal vez se desinhibe al conocer el informe que ha elaborado un operador turístico británico sobre los gustos de sus convecinos. Cuando un británico viaja al extranjero de vacaciones, que es como irse a una isla desierta de símbolos conocidos, suele llevarse un paraguas. O sea, a esa isla desierta de cotidianidad que son las vacaciones -incluso en la Costa del Sol, lugar predilecto de los isleños de la Gran Bretaña-, el 34% se lleva su instrumental más común. La lista de querencias alucinógenas sólo acaba de empezar. El 14% de los varones se lleva.. ¡la camiseta de su equipo de fútbol favorito! Aún con un margen de error estadístico de más-menos-cinco (es un poner), no digan que el porcentaje no es como para colocar detectores de forofos en los aeropuertos, en su defecto, prohibir los colores (la esencia del fetichismo del aficionado). Más extravagancias. El 14% de los turistas británicos marca territorio en las playas que inunda en verano. Aunque extravagantes, también son civilizados. Así que no piensen de inmediato en la manera perruna de marcar terreno: los británicos clavan en los arenales banderitas (británicas, claro) "para sentirse como en casa". Aún hay otra respuesta, de menor incidencia pero harto significativa: el 1% no olvida incluir en su equipaje bolsas de té. My God! Es necesario cubrir todas las eventualidades para estar preparados a las cinco, por ejemplo, en la Costa del Sol, ese lugar inhóspito, repleto de indígenas con hábitos raros, una isla desierta propiamente, donde tal vez no conozcan el té. Si los británicos se llevarían el paraguas, la camiseta de fútbol, la bandera y el té, ¿qué no perdonan los españoles? Aunque más curiosidad suscita averiguar que se llevaría la mitad de las familias que no pueden permitirse ni una semana de descanso al año. ¿Un rosario? ¿Píldoras pro-olvido? ¿Las instrucciones para apuntarse a una ONG, por ejemplo Va Bien Sin Fronteras? TEREIXA CONSTENLA
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