Los 280 rumanos de Malmea serán realojados en cinco nuevos campamentos

Madrid - 14 jul 1999 - 00:00CEST

Los 280 gitanos rumanos expulsados el jueves del poblado de Malmea (Fuencarral) por el Ayuntamiento y la Delegación del Gobierno serán realojados durante tres meses en cinco campamentos que se instalarán en distintos puntos de la ciudad, según decidieron ayer la Comunidad, el consistorio y la Delegación del Gobierno. Los rumanos fueron alojados de urgencia el sábado en tiendas de campaña montadas por el Ejército en un descampado de Fuencarral junto a la N-I. En los nuevos campamentos, los rumanos podrán vivir en sus furgonetas, caravanas y tiendas de campaña y dispondrán de cocinas al aire libre, agua, luz, duchas y letrinas. Durante esos tres meses recibirán apoyo de Cruz Roja y la Comisión Católica de Migración, que buscarán soluciones según el nivel de integración de cada familia.

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El Ayuntamiento propondrá hoy los cinco lugares de los nuevos asentamientos, cada uno para un máximo de 70 personas. La principal dificultad de este plan estriba en encontrar solares idóneos. Los expertos aconsejan suelos públicos con tomas de agua y luz que no estén aislados de la ciudad, para no segregar a estas familias con niños en edad escolar que, además, viven de la venta de revistas en la calle o de mendigar.

Pero, si el lugar es muy céntrico puede provocar el rechazo vecinal. La edil de Servicios Sociales, Beatriz Elorriaga (PP), asegura que las administraciones llevaban una propuesta de alojamiento en albergues y colegios, pero que fueron Cruz Roja y Comisión Católica, que han realizado tareas de apoyo social con estas familias, quienes desaconsejaron esta alternativa.

Julia Fernández, directora adjunta de Comisión Católica, una entidad que trabaja desde hace años con población gitana del Este de Europa, explica que los rumanos "están acostumbrados a cambiar de lugar con frecuencia y hay que ir trabajando poco a poco con ellos". "Para que ese apoyo surta efecto hay que desarrollarlo en pequeños núcleos de no más de 70 personas. Malmea, con 500, resultaba ingobernable", concluye. De ahí el plan de crear cinco pequeños campamentos, habitado cada uno por un clan familiar.PASA A LA PÁGINA 3

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Para Sos Racismo, la solución adoptada supone "trasladar el problema en el tiempo y en el espacio". Esta organización propone que se regularice a estas familias al menos mientras esperan el resultado del recurso que han interpuesto contra la denegación de sus solicitudes de asilo. Lo mismo reclama la Asociación Pro Derechos Humanos. Caridad García, parlamentaria de Izquierda Unida en la Asamblea de Madrid, reclama que se amplíe el plazo de tres meses fijado para estos nuevos asentamientos, "porque la integración no tiene fecha de caducidad".

La concejal del PSOE Noelia Martínez propuso que se cree una red de albergues para acoger a los inmigrantes de manera provisional en lugar del plan de los cinco campamentos, según informa Efe. Durante todo el día prosiguieron las críticas por la operación dirigida por el Ayuntamiento de Madrid y la Delegación del Gobierno para expulsar del poblado de Malmea a las familias rumanas. El sindicato UGT presentó una querella contra el Ayuntamiento y Presencia Gitana calificó la expulsión de "Kosovo a la madrileña".

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