Hallados en Alicante restos de la muralla construida en el siglo XVI

Las excavaciones que se realizan en el centro de Alicante para acometer la construcción del nuevo sistema de colectores para la evacuación de aguas pluviales que paliarán los efectos de las inundaciones, han destapado lo que según los expertos podrían ser los restos del sistema defensivo que la ciudad erigió en el siglo XVI, en concreto el torreón de San Francisco, de cuya localización se tenía constancia escrita. Los estudios arqueológicos que la ley ordena en estos casos podrían retrasar la obra varios meses.

Las palas excavadoras han iniciado el vaciado de la céntrica Rambla de Méndez Núñez en dos puntos claves: al principio y al final de la avenida por la que discurrirá la conducción general de las aguas de lluvia. Según documentos históricos, a partir de los años treinta del siglo XVI se levantó el segundo anillo defensivo de la ciudad, cuando las murallas bajomedievales perdieron su función, con un trazado que coincide con el de la avenida. Los gráficos y planos de la época sitúan dos de los torreones de la muralla en el vértice del muro más próximo al mar y en la confluencia de la Rambla con la calle Duque Zaragoza, bautizados con los nombres de San Bartolomé y San Francisco, respectivamente. Las obras, que costea la Consejería de Obras Públicas, se han topado con un cuadrante de cal y piedra rodeado de tierra, que los expertos creen constituye la base del torreón de San Francisco, a partir del cual se extendió la muralla hasta rodear la ciudad. De confirmarse el hallazgo, las leyes de conservación del patrimonio obligan a paralizar los trabajos para dejar paso a un minucioso estudio arqueológico, que incluirá el nivel de afección de las construcciones modernas y las canalizaciones, y un informe de la Dirección General de Patrimonio para determinar las actuaciones de catalogación y conservación a seguir, lo que necesariamente no implica su recuperación a cielo abierto, aunque sí podría acarrear que las obras antirriadas se prolonguen por más tiempo del previsto, que en principio era de seis meses. Tanto las leyes nacionales como autonómicas conceden la catalogación como Bien de Interés Cultural a todo vestigio de arquitectura militar que pueda aparecer en el subsuelo de las ciudades. La documentación escrita que se conserva en los archivos históricos indica que el autor de la muralla, los baluartes y la antigua Puerta de Elche, cuyos restos pueden aparecer en la misma zona, fue el ingeniero Joan Cervelló, en 1535, por orden del Duque de Calabria. Cervelló también diseñó en el siglo XVI la fortificación de La Vila Joiosa, parte de la cual se conserva intacta. Vicisitudes propias de la época (el Duque de Calabria dejó de enviar fondos para finalizar la obra y recomendó a las autoridades locales que recaudaran más impuestos para llevar a término la empresa), retrasaron la construcción de la fortificación, que definitivamente finalizó cuando, en 1543, el emperador Carlos I envió una minuta de riguroso cumplimiento, temeroso de una invasión de la costa por la armada turca.