El PSC denuncia desembalses excesivos en el río Ter para justificar el trasvase de agua del Ródano a Cataluña

Manel Nadal, diputado del PSC en el Parlament, denunció ayer que el Gobierno catalán promueve desembalses excesivos en los pantanos que abastecen de agua a Barcelona con el objetivo de justificar el trasvase del Ródano. Nadal precisó que, según sus datos, se ha procedido a ceder cantidades de agua para riego en la cuenca del Ter por encima incluso de las utilizadas en años anteriores sin amenaza de sequía. Los datos que maneja el PSC señalan que en el mes de junio, según el decreto de ahorro de agua en vigor, se debía haber desembalsado agua en diversas cantidades. Para Aguas Ter Llobregat (ATLL), empresa que suministra a Barcelona y su área de influencia, 5,5 metros cúbicos por segundo con un máximo de 6,5, además de entre 3 y 4 metros cúbicos por segundo sacados del embalse Pasteral I para abastecer la demanda estacional. En el primer caso, el caudal fue el máximo y, en el segundo, se liberaron 0,65 metros para Girona y su área de influencia y 8 metros cúbicos por segundo para riego. La cantidad destinada a uso agrícola es, según Nadal, superior a la liberada en años anteriores, cuando afirma que se produjeron desembalses de cinco metros cúbicos por segundo. Antoni Juamartí, director de la Junta de Aguas, aseguró ayer a este diario que las cifras manejadas por Nadal no son correctas, aunque excusó aportar datos más precisos. Juamartí aseguró que hoy podría facilitar las cantidades reflejadas en las acatas. También añadió que el agua liberada para riego era la necesaria dada la estación y la extensión de los campos, y que el abastecimiento a Barcelona y su región metropolitana estaba en esos momentos asegurado hasta finales de año. Los socialistas no dudan de que haya agua suficiente para abastecer al consumo doméstico, pero creen que el Gobierno catalán exagera la amenaza de la sequía para justificar el proyecto de trasvase de agua del Ródano, una obra con un presupuesto de casi 200.000 millones de pesetas que tiene como principales valedores al Gobierno catalán y los franceses que tienen la concesión del agua del río. El Gobierno francés hizo saber la pasada semana que no piensa abrir el debate público sobre el trasvase (preceptivo en Francia para obras de este calibre) si no hay antes una declaración de intenciones del Ejecutivo español a favor del trasvase. El Gobierno español no se ha pronunciado de manera oficial, pero la ministra de Medio Ambiente, Isabel Tocino, ha expresado reiteradamente sus reticencias ante la obra ya que, afirma, en España hay agua suficiente y no es necesario ir a buscarla a Francia. Los sectores que se oponen al trasvase afirman que la obra es tan rentable que a sus hipotéticos constructores no les preocupa su utilidad porque el beneficio lo obtendrían en la construcción.