"La justicia tiene que aspirar a ser buena, más que a ser solamente rápida"
"La justicia tiene que ser buena más que ser solamente rápida", resume como un axioma Josep Joan Pintó Ruiz, académico recién elegido de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación. Pintó se lleva las manos a la cabeza ante la justicia con prisas. "Lo que se debe hacer es dotarla de más medios humanos. Dios nos libre de los jueces estresados que no pueden analizar con serenidad, independencia y tiempo los asuntos de sus juzgados. A veces falta sosiego por la presión ambiental que los jueces deben soportar", afirma Pintó, quien asegura que en España no hay un número suficiente de jueces. El abogado Pintó, líder del bufete que lleva su nombre (uno de los primeros de España), vicepresidente de La Caixa, presidente del Banco de Europa y ex presidente de la Confederación Española de Cajas de Ahorro, acaba de ingresar en la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación, que está adscrita al Instituto de España, en el sillón reservado a un senador en activo de la abogacía catalana. Pintó sucede en su sillón a hombres como el notario Figa Faura, al que fuera decano del Colegio de Barcelona, Miquel Casals Colldecarrera, y al notario Roca Sastre. "La Academia tiene como finalidad cultivar la ciencia jurídica, pero esto tiene una vertiente eminentemente práctica, porque el derecho es para la vida y no la vida para el derecho. Cuidar las esencias de ese mundo y apartar las desviaciones corresponde a la abogacía, que es la que tiene la misión social de proporcionar la justicia y evitar la injusticia. Es evidente que formar parte de este senado intelectual supone un enorme orgullo", afirma Pintó, quien, a sus 72 años, no olvida las farinetes que le preparaba su madre durante la guerra civil. "El legislador, en el fondo, expresa el sentir de un pueblo, pero el pueblo debe entender que el derecho es natural y que, por tanto, no puede ser que cada vez que nos escandalizamos por algo o que aparece una nueva necesidad, salga una ley. El artículo 1.902 del Código Civil dice: "El que causa daño a otro, está obligado a repararlo", y eso vale para todo. Ya es suficiente. En cambio, cada vez tenemos más normas jurídicas que pretenden abarcarlo todo, y siempre nos dejamos cosas. Por el contrario, cuanto más generalizamos, más fácil es encontrar un consenso". En estos años los casos más famosos de la cultura del pelotazo han llenado los banquillos de acusados de abogados de relumbrón. Pintó defiende que "el ordenamiento jurídico siempre está vinculado con la ética; la inmoralidad es, por tanto, antijurídica". El nuevo académico disculpa que a veces nos falle la percepción de las cosas: "Creo que cuanto más sano es un país, más indignación produce y más destaca la disfunción. Eso es porque la mayoría cumple la ley, y esa mayoría es la que asegura la evolución de la sociedad". Pintó cree que las obras sociales de las entidades de ahorro "perdurarán siempre porque destinan parte de los beneficios a la sociedad que permite el negocio de la caja de ahorros". De ahí, a juicio del abogado, "el fino olfato de la sociedad catalana, que no ha dado grandes banqueros, sino grandes entidades de ahorro. Esa sensibilidad se demuestra al favorecer con nuestros ahorros a estas entidades, sin accionistas y con fines sociales". "El elemento básico de la cultura catalana es el seny",afirma Pintó, quien define este concepto como: "La decisión firme de realizar una acción lógica, aunque comporte un grado de sacrificio para obtener el resultado perseguido". Esa es a su juicio la grandeza del pueblo catalán: "Ser guerreros no nos va, lo nuestro es el acuerdo". El académico defiende el concepto de abogados generalistas "porque la especialización absoluta supondría la destrucción de la figura del abogado". Pintó dirige un bufete de 36 abogados asociado al grupo internacional Panone Law Group, ante los que defiende que "es suicida sustituir unas horas de estudio propio por un consejo ajeno". La excesiva especialización es peligrosa, afirma Pintó, critico con estos tiempos. "Es como el que sabe mucho de setas, pero no sabe dónde ir a buscarlas". "Siempre se necesita la ciencia, en un sentido global. Creo que los jóvenes deben ir a la Universidad a aprender derecho; la práctica vendrá después, pero es fundamental tener unos conocimientos generales amplios. La visión general es indispensable. Tienen que saber que cuando estudian un tratado de derecho, allí se condensa la experiencia de siglos. Yo mismo en toda mi vida no he visto más allá de 300 casos". "Yo les digo a los jóvenes que a un abogado que trabaje bien, le costará no tener trabajo. Esto sucede porque cuando un cliente queda satisfecho, lo explica a otros y se convierte en una fuente extraordinaria de propaganda".
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