_
_
_
_
_

El acusado de intentar matar a su esposa alega que "miraba por sus hijos"

Alejandro Miguel Alonso, de 30 años, acusado de intentar matar el 22 de septiembre de 1998 a su esposa, Ana Belén Barroso, a la que asestó una cuchillada en el costado en un centro de salud de San Blas, declaró ayer ante el tribunal que le juzga que no tenía intención de quitarle la vida. "Si hubiera querido darle", detalló a los jueces, "le habría rebanado el cuello o apuntado al corazón". "Miraba por mis hijos", agregó. El juicio contra Alonso, para quien el fiscal solicita 10 años de cárcel por un delito de homicidio frustado y tres de amenazas, quedó ayer visto para sentencia en la sección 16 de la Audiencia Provincial. El inculpado explicó en la sala que cuando apuñaló a su esposa estaba "un poco embriagado y cegado" y reconoció que la había amenazado. Alonso justificó su agresión en que "miraba por su hijos", ya que ella, dijo, "iba con un hombre drogadicto". El acusado negó, en cambio, que hubise pegado a su esposa (estaban separados) antes de asestarle la cuchillada en el costado. El fiscal sostiene que lo hizo dos veces, el día 17 de agosto y el 14 de septiembre de 1998.

Sobre la cuchillada, Alonso explicó que el 22 de septiembre se encontró con su mujer en un centro de salud, la agarró de la mano para hablar con ella y que ésta roció en su rostro un aerosol. "Yo me defendí con un cuchillo, aunque no tenía intención de matarla. Yo sólo fui a hablarle de mis hijos. Si hubiera querido agredirle hubiera acertado, no hubiera fallado", declaró. A continuación, aclaró que sólo le dio con el cuchillo en una ocasión y agregó que nunca profirió amenazas contra su esposa en presencia de sus hijos. Apuntó que todos los meses le pagaba, tras la separación, 50.000 pesetas.

"Miedo para toda la vida"

Ana Belén Barroso, la víctima, dijo que el "miedo" a su marido jamás "se le iría de la cabeza". La mujer precisó que la agresión con el cuchillo se produjo antes de que ella le rociase con el aerosol. "Es algo que se veía venir", exclamó, luego de manifestar que nunca había impedido a su ex marido ver a sus hijos. La hermana, madre y padre de Ana Belén ratificaron las amenazas que el acusado solía lanzar contra Barroso. También declararon los policías que detuvieron al acusado en varias ocasiones por agresiones a su esposa. Según ellos, cuando le arrestaron la última vez el acusado les soltó: "La próxima vez no será homicidio en grado de tentativa...".

Los peritos psiquiatras y forenses señalaron que el acusado presentaba rasgos antisociales de la personalidad, pero matizaron que "tenía la comprensión suficiente de los hechos". Familiares y amigos del procesado manifestaron, por su lado, que el inculpado "estaba muy nervioso y alterado por la situación de sus hijos y que era un buen trabajador que nunca había causado problemas". El fiscal pidió al tribunal, aparte de los 10 años de prisión, que prohíba al acusado residir durante cinco años en el mismo lugar que la víctima y que le prive de la patria potestad sobre sus hijos. La defensa solicitó la absolución. Mantiene que no hay pruebas contra él que indiquen que intentó matar a su esposa.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_