"Hemos jugado de cine y merecemos el crédito de la gente"
Alberto Herreros (Madrid, 1969) encarna el éxito obtenido por la selección española de baloncesto. La medalla de plata -la cuarta de España en un Europeo- y la clasificación para los Juegos Olímpicos han vuelto a poner sobre la vía del éxito a una selección que había provocado muchas dudas después de una serie de posiciones tibias en sus últimos torneos. Herreros, alero de dos metros, 141 veces internacional y capitán del equipo, ha abanderado el regreso de España a la élite y ha sido máximo anotador tanto en el Mundial del año pasado, con una media de 17,9 puntos por partido, como en el Europeo que concluyó el sábado en París, con un total de 173 puntos y una media de 19,2 por partido. Pregunta. ¿Qué sensación le deja el campeonato?
Respuesta. No ha sido agradable acabarlo con una derrota en la final. Pero, pensándolo en perspectiva y en global, somos segundos de Europa en un torneo de los más difíciles de los últimos años.
P. En la sexta jornada y cuando Francia llegó a ir en desventaja por 19 puntos ante Eslovenia, ¿cuál era su pensamiento?
R. Ya pensábamos todos en irnos a casa. Estábamos hechos polvo. Pero después de haber sufrido tanto aquel día estábamos seguros de que íbamos a mejorar y a ir en línea ascendente. Nos daba lo mismo el rival. Teníamos una gran confianza tanto si nos la jugábamos con Yugoslavia como si lo hacíamos con Lituania.
P. Además de haber rozado una rápida eliminación, el juego que desplegó España tampoco fue bueno en los primeros partidos.
R. Ha sido muy extraño. En el Mundial y en el anterior Europeo, en Barcelona, empezamos jugando muy bien y ganándolo casi todo, pero en los cuartos de final, como ya había pasado antes, nos veníamos abajo. Prefiero sufrir un poco más como esta vez y acabar como hemos acabado.
P. ¿A qué atribuye esa transformación y que se jugara después tan bien ante Lituania y ante Francia?
R. El día anterior al partido contra Israel nos reunimos jugadores y técnicos. Las cosas no estaban saliendo como deseábamos y estábamos un poco abatidos. Esa reunión, en la que los veteranos tratamos de hacer ver a los más jóvenes que había que salir a muerte en cada partido y que debíamos tener más confianza en nosotros mismos, fue clave. El equipo mejoró de repente y acabó jugando de cine.
P. Ha vuelto a quedar máximo anotador en un gran torneo.
R. Estoy orgulloso. Pero si no hubiéramos conseguido la medalla de plata o pasar de cuartos de final, no habría servido para nada. Lo importante es que hemos hecho un gran torneo. Cuando eres joven valoras mucho este tipo de galardones, pero cuando llegas a una edad como la mía empiezas a pensar que se va pasando el tiempo y no estás consiguiendo nada tan sustancial como, por ejemplo, esta medalla de plata.
P. ¿Por qué rinde mejor en la selección que en el Real Madrid?
R. En el Madrid también he realizado buenos partidos. Pero tal vez sea cierto. Tampoco yo entiendo a qué es debido. Quizá una competición corta me vaya mejor. No lo sé. Con el Madrid he ganado una Copa y una Copa Saporta; pero, vamos, nada comparable con esta medalla.
P. ¿Era una asignatura pendiente para usted?
R. Sí. Desde que entré en la selección pasé muchos años de frustraciones y de sinsabores. Por eso, después de ganar a Lituania en cuartos de final, sentí una especie de liberación por la rabia acumulada durante tanto tiempo.
P. ¿Va a tener continuidad este éxito?
R. El torneo era muy difícil por la enorme igualdad que existía. España se ha merecido esta medalla y este equipo merece el crédito de la gente.
P. ¿Qué va a hacer con la medalla?
R. Enmarcarla y sacarle brillo todos los días.
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