CiU cede feudos como Olot al PSC, que refuerza sus pactos de izquierda
La coalición de Jordi Pujol pierde poder municipal
La toma de posesión del socialista Joan Clos como alcalde de Barcelona culminó ayer por la tarde una jornada en la que los pactos entre los partidos de izquierda aumentaron el retroceso sufrido por Convergència i Unió (CiU) en las elecciones municipales. El convergente Joan Miquel Nadal mantuvo la alcaldía de Tarragona, la única capital de provincia y la única ciudad de más de 100.000 habitantes que CiU gobierna. Pero los nacionalistas perdieron un ramillete de alcaldías de mediana importancia y algunos de sus bastiones en la Cataluña interior, como Olot.
A cuatro meses vista de las elecciones autonómicas, CiU vio ayer cómo se debilitaban sus posiciones municipales. Siguió siendo la fuerza con mayor número de alcaldes, pero los socialistas aumentaron su ya sólida hegemonía municipal en Cataluña arrebatándoles alcaldías mediante pactos con Iniciativa per Catalunya-Verds (IC-V) y Esquerra Republicana (ERC). En virtud de los acuerdos, CiU perdió alcaldías en las que había gobernado hasta ayer y en las que había quedado como lista más votada, al ser superada por la suma de los partidos de izquierda. Eso fue lo que sucedió en Granollers (51.000 habitantes), Vilanova i la Geltrú (47.000 habitantes) e Igualada (32.000 habitantes), en la provincia de Barcelona.
La decisión política de Esquerra Republicana de no prefigurar una alianza de izquierdas frente a CiU movió a los republicanos, no obstante, a pactar con CiU en algunos municipios y eso permitió compensar a los nacionalistas estas pérdidas con algunas ganancias a costa del Partido Socialista Catalán. Fue el caso de Salt (22.000 habitantes) y Blanes (27.000 habitantes), ambas en la provincia de Girona.
Pero el retroceso general de CiU permitió, sin embargo, que incluso en esta provincia, la de mayor predominio convergente en toda Cataluña, la izquierda haya formado mayorías en localidades donde los pujolistas aparecían muy consolidados. Como en Olot (27.000 habitantes), a beneficio del PSC; en Cassà de la Selva, a manos de Esquerra Republicana; y Llagostera, a manos de una de las candidaturas conjuntas de todos los partidos de izquierda presentadas a las elecciones del pasado 13 de junio.
Incluso el Partido Popular (PP) se sumó a los pactos contra CiU y le hizo perder la alcaldía de Tortosa (30.000 habitantes) que los nacionalistas controlaban desde 1979. Los conservadores votaron en Tortosa al candidato de IC-Verds que encabezaba una lista conjunta con los socialistas.
El fracaso cosechado en Cataluña por el Partido Popular en las elecciones municipales se puso de manifiesto ayer cuando el único alcalde que tenían en la provincia de Barcelona, el de Sant Andreu de Llavaneras (6.200 habitantes) perdió el puesto en virtud de un pacto entre CiU y una candidatura de independientes.
Mucho mayor ha sido el desastre de Izquierda Unida, que en estas elecciones se presentó por vez primera en Cataluña. La única alcaldía en la que podían colocar una candidatura afín, en alianza con IC-Verds, la de Sabadell, pasó a manos de los socialistas.
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