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Bush se destaca como favorito al recaudar el doble de dinero que Gore

George Bush ha ganado ya una de las carreras hacia la Casa Blanca: la de los fondos electorales. En seis meses, el gobernador de Tejas y aspirante a la candidatura presidencial por el Partido Republicano ha recaudado la cantidad de 36,3 millones de dólares (más de 5.800 millones de pesetas), dejando atrás, a distancias siderales, a sus rivales republicanos y duplicando lo conseguido por el vicepresidente Al Gore, su probable contrincante por el Partido Demócrata.

"Me siento agradecido y apabullado", ha dicho Bush, en un alarde de falsa modestia. Nadie, republicano o demócrata, había logrado nunca, en la historia de las campañas presidenciales, tamaña captación de fondos en un periodo tan corto de tiempo. En cuanto a Gore, hay otro dato preocupante para el número dos de la Casa Blanca: su campaña no acaba de despegar y su rival demócrata, el ex senador Bill Bradley, ha recogido ya lo suficiente (más de 11 millones de dólares) como para organizar unas primarias serias. La rapidez y la dimensión de la suma conseguida por George Bush, que ha superado en seis meses lo que cualquier otro candidato presidencial republicano había tardado un año y medio en lograr, puede dejar anticipadamente en la cuneta a otros aspirantes mucho antes del comienzo de las primarias. Furioso por lo que se perfila como un gigantesco cheque en blanco para Bush, el senador John McCain, uno de los que parecían mejor colocados en la línea de salida del campo republicano, dijo en New Hampshire que uno de los puntos centrales de su campaña va a ser la denuncia de lo que él considera "una conspiración de los dos partidos para alternarse en la Casa Blanca vendiendo el país al mejor postor". McCain lleva recaudados 6 millones, y Elizabeth Dole, 3,4. Sólo el multimillonario Steve Forbes -cuyas posibilidades son escasas, aunque es un maestro en la publicidad negativa y ya tiró a la basura 37 millones de dólares en su campaña de 1996- podría igualar el presupuesto de Bush, que, en todo caso, ha recaudado ya casi el doble que los otros 11 aspirantes republicanos.

George Bush anunció el récord desde Los Ángeles -elección significativa, porque si quiere ganar en el 2000 necesita no cometer el error de su padre, que abandonó el vital Estado de California- y aseguró que su mensaje "ha llegado a un amplio sector de la sociedad a lo largo de todo el país" que está "hambriento" de cambios.

El ritmo y la intensidad de la lluvia de dinero que está cayendo sobre Bush convierte en muy probable la posibilidad de que renuncie a los fondos públicos a los que tiene derecho, a cambio de aceptar limitaciones teóricas en el gasto total. Aceptar fondos públicos implica la contrapartida de poner un límite a los gastos. Si no está atado por las limitaciones, Bush podrá gastar lo que quiera en los Estados más importantes y seguir solicitando aportaciones durante toda la campaña de las primarias, para actuar sin el temor a llegar a la auténtica campaña, en el verano del 2000, con los bolsillos vacíos, como le ocurrió a Bob Dole en 1996.

El vicepresidente Gore sí podría encontrarse con ese problema, sobre todo después de conocer que uno de sus más serios rivales, el ex senador Bradley, ha recogido ya 11,5 millones de dólares, una cantidad sorprendente para lo que se presumía. Eso significa que Bradley podrá presentar batalla en los próximos meses y forzar el talonario de Gore.

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