Petición de cárcel para el hombre que detonó una bomba en un autobús
El cariño puede derivar en obsesión y la obsesión en delito. Tal y como sucede en este suceso que comenzó como una relación de afecto y terminó con cuatro personas heridas por la explosión de cuatro bombas caseras en un autobús urbano de Sevilla. El fiscal del Juzgado de Instrucción número 3 de Sevilla, José María Calero, pide 22 años de cárcel para Juan Antonio Cádiz por dos delitos de homicidio en tentativa y uno de lesiones. También se pide una multa de más de siete millones, entre indemnizaciones y pagos por los daños en el autobús. La historia se remonta a diciembre de 1997, cuando el matrimonio compuesto por José Alberto Baselga y María José Domínguez decidieron abandonar junto a su hijo de tres años de edad el domicilio de Cádiz, que les había acogido durante algo más de dos años. A Cádiz no le gustó la idea en absoluto y le pidió insistentemente a la pareja que regresaran a su lado, pues echaba de menos al pequeño, con el que había desarrollado intensos vínculos afectivos. Asimismo, Cádiz aseguraba que había cambiado y que no volvería a comportarse de manera violenta con la madre del pequeño, uno de los motivos esgrimidos por la pareja para abandonar el domicilio de quien les había acogido durante tanto tiempo. Amenazas Ante la negativa constante de la pareja de regresar a su lado, el humor de Cádiz se fue avinagrando y comenzó a amenazar de muerte a María José Domínguez y a su hijo. El acusado seguía los pasos de la pareja por toda la ciudad. El siete de enero de 1998, María José Domínguez presentó una denuncia contra él, después de que Cádiz le abordara por la calle y le dijera que iba a pegarse un tiro, pero que "se iba a llevar por delante a ella y a su hijo". La situación se volvió más obsesiva si cabe en la mente de Cádiz y todo cristalizó el 13 de enero. El procesado siguió en su automóvil el autobús en el que viajaba la pareja. Esperó a que tan sólo quedaran a bordo ellos y saltó en su interior. Eran cerca de las nueve y media de la noche y el coche número 42 circulaba por la avenida Ramón de Carranza. Una vez en el interior del autobús, Cádiz les enseñó la bomba casera que había confeccionado con varios petardos enrollados alrededor de una bombona de gas para rellenar mecheros. Cádiz amenazó a las víctimas acercando una llama a la mecha del artefacto. María José Domínguez salió corriendo del vehículo y el imputado detrás de ella. Después de un forcejeo y de vuelta al autobús, Cádiz encendió la mecha con la intención de matar a la pareja y a sí mismo. También explotaron otros tres artefactos iguales que portaba en una mochila. Como consecuencia de esto, Baselga resultó herido en su abdomen e ingle, al conductor del autobús le explotaron los tímpanos, la mujer sufrió algunas quemaduras y el propio acusado se vio afectado y perdió la falange de uno de sus meñiques y se quemó en distinta medida ambas manos.
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