PRÍNCIPE VELOZ
El príncipe Bernardo de Holanda, padre de la reina Beatriz, no está dispuesto a claudicar con el paso de la edad en su conocida afición al lujo y a la velocidad. Bernardo, que ayer celebró su 88 cumpleaños en la intimidad, decidió darse el placer de autorregalarse un coche deportivo último modelo, con 442 caballos de potencia y que alcanza los 340 kilómetros por hora, un nuevo juguete en color verde oliva que, según las malas lenguas, de las que se hicieron eco algunos medios del país, le ha costado cerca de 50 millones de pesetas. Aquejado de varias enfermedades, hace tiempo que el príncipe no se sienta al volante de sus vehículos, pero tiene contratado como chófer privado a un ex conductor de coches de carreras que le garantiza la emoción.-
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