El PSOE acusa a la CNMV de negligencia en la crisis de la agencia AVA

El diputado del PSOE Fernando Gimeno afirmó ayer que la actuación de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) en la crisis de la agencia de valores AVA fue "negligente". Esta acusación será defendida hoy por este diputado en la comparecencia que hará el presidente de la CNMV, Juan Fernández-Armesto, en el Parlamento para explicar los pormenores de una crisis que estalló en febrero de 1998 y que afectó a 3.500 inversores, principalmente de Aragón y La Rioja, que vieron esfumarse 12.800 millones. Fuentes de la CNMV manifestaron al respecto que el Consejo de Estado, en un informe de diciembre de 1998, sostiene que el organismo actuó correctamente y de acuerdo con la ley. "La supervisión, en modo alguno, sustituye una adecuada gestión", dice el dictamen, que añade: "El supervisor no administra y gestiona las entidades supervisadas ni es un tutor de menores e incapacitados".

La crisis de AVA vino provocada por la suspensión de pagos del Banco Socimer, con el que operaba. Socimer provocó a su vez la suspensión de pagos del grupo Transáfrica, su casa matriz. Actualmente se tramita la suspensión de pagos de las tres firmas, AVA, Socimer y Transáfrica.

Según Gimeno, tras la primera inspección que realizó la CNMV en el último trimestre de 1996, ya conocía el tipo de operaciones irregulares que realizaba la agencia a través de Socimer, así como las deficiencias en los sistemas de control interno y en la contabilidad.Sin embargo, un año después de esa inspección de la CNMV, ésta no tomó medidas para recabar información a Socimer.

Según el PSOE, el importe total de las operaciones por cuenta de clientes de AVA se duplicó en 1996, al pasar de los 25.894 millones de finales de 1995 a 51.306 al final de 1996. Por su parte, las operaciones con Socimer pasaron de 4.516 millones el 31 de agosto de 1996 a 14.220 millones el 30 de septiembre de 1997. Esto se debió a una fuerte campaña comercial basada en la alta rentabilidad ofrecida por valores extranjeros de renta fija. Aquí la CNMV no apreció si esas operaciones podían estar autorizadas por los clientes, según el PSOE.

Precisamente el Instituto de Contabilidad y Auditoría de Cuentas (ICAC), en un informe del 13 de mayo, afirma que "AVA actuaba con Socimer en nombre propio sin identificar en ningun caso a los clientes por cuenta de los cuales actuaba". Según Gimeno, esto es contradictorio con la interpretación dada por la CNMV sobre la operativa de AVA.

Auditoría deficiente

Los informes que ha realizado el ICAC sobre las auditoras de Transáfrica (KPMG) y de AVA (Ernst& Young) resaltan las deficiencias de los trabajos de auditoría. El pasado 13 de mayo, el ICAC impuso una multa por importe de 22,4 millones de pesetas a Ernst& Young y otra de 500.000 pesetas a Benicio Felipe Herranz, socio auditor que firmó la auditoría de AVA. La sanción corresponde al grado mínimo dentro de las consideradas graves por la actual Ley de Auditorías de Cuentas. Esta sanción está recurrida por entender Ernst& Young que las cuentas anuales de 1996 se verificaron conforme a las prácticas y normas de auditoría. Según esta firma, la operativa de la agencia AVA se ajustaba a lo pactado con sus clientes.