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BALONCESTO Campeonato de Europa

Francia desfigura a España

Errática actuación de la selección española que se complica el pase a cuartos de final

Robert Álvarez

La selección española encajó ayer el varapalo más duro de los últimos tiempos. Frente a Francia, un rival más potente, pero la derrota de ayer sonó, salvando las distancias, a lo de Angola, a lo de China. Volvió la pesadilla. Fue una derrota en toda regla. Sin paliativos. De las que desfiguran. De hecho, fue eso lo que le sucedió ayer a España: que claudicó con un estilo impropio. Entró al trapo del ritmo ganso que impuso la selección francesa. Imperdonable. Una vez que los franceses lograron dibujar el partido a cámara lenta, España se vio superada con un 43-25 en la segunda parte. Herreros, el brazo del que depende el equipo español, se quedó en seis puntos sin que ninguno de sus compañeros pudiera redimirlo. Pero la derrota se fraguó en muchos más aspectos que en el individual. El funcionamiento colectivo fue, si cabe, aún peor. Cuando España dominó por completo en el rebote (22 a 10 en la primera parte) no supo mover el balón cerca del aro francés (9 pérdidas de posesión en el primer cuarto). Cuando los franceses perdieron la manija hasta el punto de que Rigaudeau, su pilar fundamental, daba pases al aire, España no supo marcar diferencias. Tres puntos, 17-20, fue la máxima que consiguió. No pasó de ahí. En un partido de juegos malabares, lo que España ganaba con sus tenazas de oro lo perdía cuando llegaba a tres metros del aro francés. Allí, no encontraba manera de dar un pase a derechas. Los franceses fueron corrigiendo la excesiva presión que se autoexigieron en el arranque de las jugadas españolas y así facilitaron las primeras canastas fáciles de Dueñas, al que dejaron más suelto de la cuenta. Pero Francia se defendió parando constantemente el reloj y efectuando un carrusel de cambios del que se contagió Lolo Sainz. Sin mantener la figura, sí estuvo en el partido hasta el descanso el equipo español: 32-31.

FRANCIA 74

ESPAÑA 57Francia: Foirest (14), Rigaudeau (21), Abdul-Wahad (0), Bilba (8), Weis (0); Smith (14), Risacher (7), Julian (4), Sonko (4), Digbeu (2) y Sciarra (0). 29 canastas de 55 lanzamientos. 6 de 12 triples.10 de 12 tiros libres. 21 rebotes, 5 en ataque. 25 faltas personales. España: N. Rodríguez (0), C. Jiménez (3), Herreros (6), De Miguel (4), Dueñas (15); Reyes (6), De la Fuente (1), Corrales (2), Angulo (10), Romero (4) y Esteller (2). 20 canastas de 45 lanzamientos. 2 de 7 triples. 15 de 26 tiros libres. 35 rebotes, 13 en ataque. 16 faltas personales. Árbitros: Brazauskas (Lituania) y Ankarali (Turquía). Palacio de los Deportes de Pau. Unos 7.000 espectadores.

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La pérdida de perspectiva del equipo español fue patética en la segunda parte. Sólo dio sensación de sorprender a los franceses con algún latigazo marca de la casa: canasta francesa y rápida respuesta con una transición en apenas tres segundos que dejó en evidencia la lentitud de los franceses a la hora de replegarse, en especial la de sus pívots.

Los franceses dejaron en el banquillo a su jugador NBA, Abdul-Wahad, absolutamente nulo, y continuaron sometiendo a una persecución implacable a Herreros, esta vez a cargo del atlético Digbeu. Con ello y los lanzamientos de Foirest, empezó a marcar distancias. Y entonces fue cuando España se entregó. Cuando peor lo pasaba, con 43-37 y Francia forzando al máximo para romper el partido, Sainz retiró a Herreros y a Corrales. Rodilla entró para intentar manejar un partido que España perdía, con dos tiros libres pendientes que anotó Foirest, ya por ocho puntos.

Sin Herreros, con Angulo irregular en el lanzamiento y con Esteller tan limitado en sus acciones de ataque como lo ha estado a lo largo de todo el campeonato, el caudal ofensivo español se reducía a lo que pudiera dar de sí Dueñas. No fue mucho. Y además concedió muchas canastas a su oponente directo, Smith. Por si fuera poco, el equipo español falló más de la cuenta en los tiros libres. Acabó con 16 fallos desde esa línea, pero la mayoría de ellos concentrados en esa fase en la que Francia ya abrió definitivamente hueco. Tampoco sirvió para nada la defensa mixta. Para entonces (61-47) y para cuando Herreros regresó a la pista, la suerte ya estaba echada.

La derrota complica el objetivo español de acceder a los cuartos, aunque por encima de cualquier consideración, España debe reforzar su estilo de juego para evitar volver a quedar desfigurada, demacrada, como lo hizo ante Francia.

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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