Blair pide al Sinn Fein un compromiso de entrega de armas en el año 2000
El líder laborista, Tony Blair, afirma que no tiene un plan secreto para alcanzar un acuerdo de paz en Irlanda del Norte, pero ayer le propuso al Sinn Fein que se comprometa a conseguir la devolución de todas las armas en poder del IRA para el año 2000. A cambio, podría formar parte del Ejecutivo autónomo de la provincia con el visto bueno de los unionistas de David Trimble. De lo contrario, todas las partes implicadas en este complicado proceso de paz caerán "en el abismo abierto ya ante ellas".
A cinco días de la fecha límite del 30 de junio, que debe sellar el futuro de Irlanda del Norte, Blair no se hacía ayer demasiadas ilusiones. Su propuesta, presentada desde las páginas del rotativo The Times -foro oficioso al que han acudido también esta semana Trimble y Gerry Adams, principales interlocutores de estas negociaciones-, es un intento casi desesperado de salvar la idea de un Gobierno autónomo que integrarán todas las fuerzas políticas de la provincia y que corre el peligro de no formarse, aunque fue el logro principal del acuerdo de paz del Viernes Santo del año pasado. Muy dado a jugar con el lenguaje, el primer ministro británico ya no sabe cómo formular el principio de la devolución del armamento terrorista. Ha dicho, por ejemplo: "El decomiso no es una precondición del acuerdo de paz del Viernes Santo, sino una obligación inexcusable del mismo". O bien: "Podemos negociar los plazos de la devolución de las armas siempre que éstas vayan a ser entregadas". En la nueva propuesta no había giros semánticos parecidos. Era más bien un trueque formulado en los siguientes términos: si el Sinn Fein asegura que ya no habrá más pistolas en mayo del año 2000, los unionistas podrían ceder a su vez y franquearles la entrada de la Asamblea, ya repartida entre todos los grupos, incluido el Sinn Fein, pero aún no constituida formalmente.
Teniendo en cuenta que el calendario para la entrega del arsenal armado que elabora el general canadiense John de Chastelain debería estar listo la próxima semana, un gesto de buena voluntad por ambas partes tal vez bastaría para levantar el actual bloqueo negociador. Tony Blair y su homólogo irlandés, Bertie Ahern, hablaron de ello ayer poco antes de asistir al funeral en memoria del cardenal Basil Hume, máximo representante de la Iglesia católica en el Reino Unido. Después de las exequias siguieron calibrando sus posibilidades de éxito camino de Belfast, donde se reunirían con representantes de todas las fuerzas políticas.
Mientras ellos viajaban, el siguiente paso dependía del unionista David Trimble y del republicano Gerry Adams, líder del Sinn Fein. Trimble debe meditar bien la propuesta de Blair. El líder del Partido Unionista del Ulster (UUP) se ha acercado más que ningún otro de sus predecesores a nacionalistas y republicanos, y el tira y afloja con sus propias filas le está debilitando. Para evitar sospechas, sus portavoces han señalado que los compromisos sobre armas de los que se está hablando a última hora son los mismos del acuerdo del Viernes Santo. "El UUP no puede aceptar por tanto formar un Gobierno autónomo con el Sinn Fein-IRA como si se hubiera propuesto algo nuevo".
Pero si Trimble endurece su postura con vistas a suavizar el malestar interno, también es cierto que sus reacciones suelen ser imprevisibles. Tony Blair no citaba ayer nombres propios en su artículo, sólo partidos. Sin embargo, recordaba el compromiso histórico del acuerdo de paz: "La necesidad imperativa de que continúe el proceso político para aislar a los violentos". Frases que sabe que pueden tocar la fibra más visionaria de Trimble, primer ministro en funciones de la Asamblea autónoma.
Al Sinn Fein de Adams le dedicó a su vez el jefe laborista largos párrafos sobre la obligación de exigir las armas a los terroristas. "El acuerdo de paz se funda en la buena fe de las partes. Nadie creerá que un partido relacionado con los paramilitares no sea capaz de pedírselas". Blair añade en su artículo: "El 30 de junio sigue en pie como fecha límite, y hay que darse prisa. Drumcree [nombre clave de las marchas protestantes en Irlanda del Norte] sigue suspendido sobre nosotros como una nube tóxica".
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