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Reportaje:

El retorno de los Corleone

Coppola y Puzo inician el guión de "El padrino IV", que protagonizarán Andy García y Leonardo DiCaprio.

Elsa Fernández-Santos

Después de cinco años de tira y afloja, Mario Puzo y Francis Ford Coppola ya han firmado un preacuerdo con los estudios de la Paramount Pictures para empezar el trabajo de lo que será el cuarto guión de El padrino. Así lo publicaba el jueves en su portada la revista especializada Hollywood Reporter, en donde se añadía que los actores Andy García y Leonardo DiCaprio (por primera vez Al Pacino podría desaparecer de la saga) serían los dos nuevos rostros de la familia que engendró en el Nueva York de la depresión el gran padre Vito-Marlon Brando-Corleone. Como ocurría en El padrino II, y según los rumores que han surgido nada más conocerse la noticia, será el recurso del flashback el que permita al nuevo guión de Puzo y Coppola regresar otra vez al pasado de los Corleone y contar la historia del joven Sonny Corleone (interpretado en la primera película de 1972 por James Caan y que ahora estaría en la piel del famoso niño guapo DiCaprio). De vuelta al presente, la cara de los Corleone será la de Vicent Mancini (Andy García), hijo bastardo de Sonny y el personaje que en El padrino III recogía la antorcha familiar que dejaba, tras morir en la soledad de su villa siciliana, su tío Michael Corleone, enmudecido tras la violenta muerte de su hija, papel que en un principio era para Winona Ryder, pero que finalmente interpretó la hija del director, Sophia Coppola.

DiCaprio y García (quien, al parecer, es el que con su insistencia ha logrado que por fin la Paramount llegue a un acuerdo inicial sobre el filme con sus escritores) no rodarían una sola escena juntos. Según la publicación californina, la presencia del joven protagonista de Titanic garantizaría el éxito comercial del filme, cuyo estreno sería en el año 2001. Pero, de momento, todo depende de un guión que seguirá los caprichos de Puzo y Coppola y en el que no se sabe si habrá sitio para Al Pacino, único actor que se había mantenido en todas las películas.

Quizá por la imposibilidad de llevar a cabo su ambicionado proyecto de Megalópolis ("necesito dinero, podría hacer cosas maravillosas si pudiera pagarlas", ha dicho el director de La conversación) o quizá porque tampoco a nadie parece interesarle su viejo sueño de adaptar al cine la novela de Jack Kerouac On the road, Coppola vuelve al regazo de la familia Corleone para que le saquen otra vez las castañas del fuego.

A sus 60 años, las orgías de sangre de la Mafia italiana parecen ser la única salida a su forma megalómana y arriesgada de entender el cine. Coppola es un cineasta condenado a la necesidad de presupuestos millonarios para poder llevar a cabo sus ideas ("ojalá mi cine fuera como el de Woody Allen, que sólo necesita las calles de su ciudad y su propia experiencia"), un visionario que ha declarado que a él lo que de verdad le gusta es el cine musical (todavía Coppola sufre el descalabro económico que supuso para su productora, American Zoetrope Studios, Corazonada), un cine para el que hoy, según él, no existen medios porque no hay ni ganas, ni capacidad de riesgo, ni respeto por el cine como arte indiscutible del siglo XX.

Para el director de Apocalipse now, hijo del director de orquesta Carmine Coppola, el cine, como la poesía, es música y sólo desde un sentido musical se puede entender el verdadero pulso cinematográfico. Pero para Coppola, el cine también es experimentación, un misterio que nace de la ciencia y de la investigación; por eso sus ídolos de la infancia eran inventores como Edison o Graham Bell; por eso ideó para Corazonada inventos técnicos que nadie había soñado antes y que luego todos le copiaron, y por eso habla de La conversación como su película más autobiográfica. En ella, un enloquecido Gene Hackman acaba tocando el saxofón en la casa que ha destruido obsesionado por los micrófonos y la tecnología que él mismo ha creado.

De momento, Coppola escribirá el nuevo Padrino y se supone que también lo dirigirá. Por el camino, podría seguir ganándose la vida con películas como 13, un filme protagonizado por Kevin Costner sobre la crísis de los misiles cubanos que le han propuesto y que, de momento, no ha rechazado. "Sigo teniendo la necesidad de hacer algo grande. Por ello seguiré realizando proyectos comerciales, los haré con tal de llegar a mi sueño. Hay que seguir intentándolo".

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Sobre la firma

Elsa Fernández-Santos
Crítica de cine en EL PAÍS y columnista en ICON y SModa. Durante 25 años fue periodista cultural, especializada en cine, en este periódico. Colaboradora del Archivo Lafuente, para el que ha comisariado exposiciones, y del programa de La2 'Historia de Nuestro Cine'. Escribió un libro-entrevista con Manolo Blahnik y el relato ilustrado ‘La bombilla’

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