La juez ordena el ingreso en prisión de la esposa de Rodríguez Menéndez

La juez Mercedes de Mesa ordenó anoche el ingreso en prisión de Laura Fernández Navarro, de 28 años, esposa del abogado Emilio Rodríguez Menéndez, de 52 años, como presunta inductora del intento de asesinato. La juez de Majadahonda también adoptó la misma decisión contra Juan Ignacio R., supuesto autor de los disparos, y otras dos mujeres y dos hombres, mientras que decretó la puesta en libertad de las otras tres personas puestas a su disposición.

La policía insiste en que hay indicios "sólidos" de que Laura Fernández Navarro supuestamente contactó con el grupo criminal y le ofreció 50 millones de pesetas para que diera muerte a su marido. El propio director general de la Policía, Juan Cotino, ha confirmado que las pesquisas han concluido que la esposa del abogado es la supuesta inductora del ataque sufrido por éste en la madrugada del pasado lunes junto a su mansión de la calle de Salónica, en Las Rozas. "Lo que ocurre es que hay que demostrarlo ante el juez y, lógicamente, se le presentarán todas las pruebas que la policía cree que son necesarias y que pueden demostrar que realmente ha sido así", declaró a Onda Cero. Los ocho detenidos por la Unidad Central de Policía Judicial pasaron ayer a disposición de la juez número 2 de Majadahonda, Mercedes de Mesa García. La primera en declarar, poco después de las cuatro de la tarde, fue la esposa de Rodríguez Menéndez, con el que se casó el 17 de julio del año pasado, tras trabajar para él como secretaria, empleo que consiguió a través de un anuncio en la prensa. El móvil del intento de asesinato es "puramente económico", mezclado con otras circunstancias de carácter personal, según medios policiales.

Rompió a llorar

Al término de su declaración, que duró unos 40 minutos, Laura rompió a llorar, según se pudo ver a través de un ventanal del edificio judicial. Una hora después, llegó una mujer con una bolsa con ropas y otros enseres personales. Un funcionario judicial comentó que era la madre de Laura. Siete de los detenidos son españoles y la octava es una rumana. El director general de la Policía informó que integran una organización que tiene su base de operaciones en Barcelona y Madrid. En esta última capital se les relaciona con varios robos por el procedimiento del butrón (agujero), entre ellos uno de gran importancia en una sucursal bancaria próxima a la Gran Vía. Aparte de Laura Fernández Navarro y de José Ignacio R. -uno de los dos supuestos autores del intento de asesinato del abogado- entre los encarcelados está Ángel S. F, reclamado por Bélgica tras ser condenado en 1991 en rebeldía a 10 años de prisión por tráfico de drogas entre 1981 y 1988, según fuentes jurídicas. Las autoridades belgas tienen 40 días para entregar los documentos de extradición, sobre la que le ha correspondido decidir al juez Baltasar Garzón. Entre los detenidos está también José S. F., hermano del reclamado por Bélgica.

La Unidad Central de Policía Judicial, a cuyo frente está el comisario Juan Antonio González, ha estrechado el cerco en torno al colombiano que conducía la moto desde la que otro individuo -supuestamente José Ignacio R., Nacho- abrió fuego de revólver contra el abogado. Los investigadores consideran prioritario capturar a este individuo y localizar la moto.

La operación policial iniciada hace tres meses fue activada la noche del pasado viernes después de que la policía supiera que uno de los integrantes de la banda, apenas 50 minutos después del tiroteo sufrido por Rodríguez Menéndez, estaba buscando un médico con urgencia, pero sin usar los servicios oficiales, para que asistiera a un amigo. A la policía le extrañó, ató cabos y dedujo que la búsqueda del médico podía tener relación con el tiroteo. Después confirmó que Nacho había sido alcanzado por uno de los ocho disparos efectuados por el guardaespaldas del abogado para repeler el ataque de los motoristas. Al herido todavía no se le ha extraído el proyectil, que le afecta el nervio ciático.

Rodríguez Menéndez "continúa su recuperación" y respira sin ayuda mecánica, aunque su pronóstico clínico todavía sigue siendo grave.