Coalición Canaria y el Partido Popular alcanzan un principio de acuerdo para gobernar el archipiélago

Coalición Canaria (CC) y Partido Popular cerraron ayer, tras apenas dos horas de negociación, un principio de acuerdo para reeditar el "pacto de estabilidad" suscrito entre ambas formaciones tras las elecciones generales de 1996, cuando los populares entraron en el Gobierno que constituyeron los nacionalistas en minoría después de las autonómicas de 1995. En la reunión de ayer, CC y PP se limitaron a ratificar las líneas maestras de lo que será el programa de gobierno para los próximos cuatro años en Canarias y que, según el portavoz de CC en el Congreso, José Carlos Mauricio, "estaba cantado y previsto antes de las elecciones". Además, el acuerdo ya había sido objeto de análisis por parte de la dirección nacional del PP en la reunión que mantuvo la pasada semana su secretario general, Javier Arenas, con el presidente de CC, Paulino Rivero. Pese a estos contactos previos, la primera ronda de las negociaciones no despejó dudas respecto al reparto de las tareas de gobierno entre nacionalistas y populares, de modo que para la incorporación del PP al Ejecutivo se barajan aún dos fórmulas: con cuatro consejerías, tal y como han gestionado hasta ahora; o tres consejerías y la Presidencia del Parlamento de Canarias. Ambas formaciones han quedado citados para el próximo día 28 celebrar la reunión de la comisión establecida al efecto, que habrá de designar con nombres y apellidos a los nuevos miembros de un Gabinete que presidirá el nuevo líder de los nacionalistas, Román Rodríguez.

El apoyo de CC al Gobierno de José María Aznar y el amplio respaldo electoral -24 diputados frente a 15 del PP- han sido las principales bazas que los nacionalistas han hecho valer para incorporar al acuerdo de gobierno cuestiones sobre las que el PP regional mantuvo serias reticencias pese al pacto de la pasada legislatura. Así, CC ha exigido a los populares un apoyo claro a cuestiones como la televisión y la policía autonómicas y la culminación del proceso de transferencias. José Miguel Bravo de Laguna -quien encabezó la comisión negociadora del PP a petición de Arenas a pesar de haber presentado su dimisión como presidente regional la noche del 13-J por los malos resultados en las urnas- mostró la disposición de su partido para abordar estos asuntos polémicos.

Por su parte, CC cedió en uno de los principales escollos que oponía a la reedición del pacto: retirar el veto impuesto a María Eugenia Márquez como presidenta electa del Cabildo Insular de Gran Canaria, así como a otros dos consejeros de los populares en la corporación a los que los nacionalistas acusaron ante los tribunales de presunta malversación de fondos públicos. De este modo, el pacto regional se amplía a aquellas instituciones locales en las que bien el PP bien CC hayan obtenido mayoría en los comicios, mediante un acuerdo que los futuros socios evitaron calificar de "global" y acuñaron eufemísticamente de "general".

Por último, Mauricio valoró la importancia de Coalición Canaria en el Congreso de los Diputados, afirmando al respecto que "el programa electoral que planteamos no se puede resolver si no se pacta con la fuerza de Madrid". Finalmente, el portavoz de CC adelantó el anuncio que hará hoy en el debate del Estado de la Nación, en el sentido de que "Canarias no sólo está apoyando al gobierno de España sino que además será la fuerza clave y decisiva de este próximo gobierno".