"La inspiración sólo existe cuando lo que estás haciendo va muy bien"
Comenzó a exponer en 1990, con apenas 25 años y, aparte de servir algunas copas nocturnas en un bar "con unos dueños muy amables", no se ha desviado de su actividad artística. La obra de Manuel Ballesteros (Barcelona, 1965) se caracteriza por un escaso uso del color, apenas suelen figurar más de dos, uno de ellos, el negro. Su último trabajo, compuesto por 17 obras en diferentes formatos, se puede contemplar hasta finales de mes en la galería Colón XVI (calle Colón de Larreategui, 16) de Bilbao. Pregunta. ¿Por qué esa predilección por los colores blanco y negro? Respuesta. La elección de esos dos colores viene de una etapa en la que me dediqué a la escultura. Es una evolución muy larga. Empecé haciendo retratos y bodegones y esa pintura figurativa fue dejando poco a poco de ser figurativa. En el año y medio que estuve haciendo escultura, hace tres, fue donde cambió del todo mi forma de pintar. P. ¿Cómo era su escultura? R. Trabajaba con madera. Eran figuras abstractas, geométricas, pero casi nada rectangular. Al coger una tela te ves intentando traducir lo que has hecho en la escultura, y el blanco y negro te dan una gran posibilidad. Esos dos colores son la arquitectura del cuadro. P. ¿Qué intenta transmitir con su pintura? R. Intento buscarme a mí mismo y dar todo lo que soy capaz de dar. Para mí la pintura es una forma de pensar. Nunca tiene un significado concreto. Lo que sí tiene es musicalidad, tiende a la espiritualidad por el ritmo, los espacios, los tonos de color... P. En la composición de sus cuadros utiliza materiales como sobres acolchados. ¿Cualquier cosa puede mezclarse con la pintura? R. Sí, absolutamente. Lo interesante son dos cosas: el momento en que lo estás haciendo, con la emoción de coger el pincel, y luego el resultado, que perdura, y en el que interviene todo el mundo. Si el resultado de esos dos componentes es propicio, cualquier material es bueno. P. ¿Cómo es su proceso de creación? R. Día a día, trabajando como un panadero, como cualquier persona. Se trata de disfrutar con las sorpresas que te va aportando la pintura. Creo que la inspiración apenas existe; sólo cuando te das cuenta de que lo que estás haciendo va muy bien. P. Ha expuesto en la feria Arco dos veces. ¿Cómo ha sido la experiencia? R. Muy buena. Creo que es un marco excelente para los artistas. Una feria no puede ser nunca el lugar perfecto, por las implicaciones comerciales que tiene, pero es una buena oportunidad para ver tu trabajo rodeado por el de otros y para ver cómo reacciona la gente ante tu obra, digamos, de incógnito. P. ¿Cuando empezó a vivir de la pintura? R. Hace unos seis años. Ganar, ganar dinero, todavía no. A veces he comido sólo arroz con tomate durante meses, pero nunca he llegado a pensar en dedicarme a otra cosa. He intentado evitar trabajar en otras cosas para vivir. Si lo haces, te acomodas. Pintar es una lucha diaria, tienes que dedicarte a fondo. Pintar es fácil, pero pintar bien es dificilísimo. P. ¿Cree que es fácil en España vivir del arte? R. No, no es fácil. Las galerías se arriesgan relativamente poco. Hay pocas que se atrevan a apoyar un artista y hacerlo crecer. También está el problema de la desasistencia casi total a los artistas jóvenes. Con esto no quiero decir que los artistas jóvenes debieran estar subvencionados, pero en vez de gastarse el dinero... P. ¿Es importante el apoyo de una galería? R. Importantísimo, lo que no quita que mientras no lo tengas siga siendo fundamental que hagas lo que quieras hacer, tienes que creer en tí, ser fuerte y tirar p"alante. P. La inauguración de su exposición fue la primera vez que acudía a Bilbao. Habrá visitado el Guggenheim. R. Sí, claro. Me ha parecido fenomenal. Yo tenía mis reticencias, pero me ha entusiasmado. Para mi es agradable ver que Valencia, con el IVAM, o Bilbao demuestren que pueden superar a Madrid o Barcelona.
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