El balcón de los olivos y el agua

En las llanuras de la comarca de La Loma, a tan sólo un kilómetro de la localidad de Sabiote, la naturaleza ha configurado una hondonada natural que se abre con una cascada de agua en la Fuente de la Corregidora. La zona es cuna del agua que discurre o se desparrama por todas las rutas que se van abriendo en los caminos. Junto a La Corregidora, en las cercanías del manantial, nace de la tierra otro accidente natural, una cueva que añade belleza a un entorno tan tranquilo como poco visitado. Un suave arroyo nace muy cerca de este paraje, junto a otra fuente, la de la Salud. El paralelismo con el paisaje anterior es similar al dibujo de la cueva, aunque en este caso, unas pequeñas estalactitas ponen un punto de originalidad. Sabiote es de nuevo referencia para otro camino, el que lleva al pantano de Olvera y la ribera del río Guadalimar, situados a tan sólo 10 kilómetros del pueblo. Únicamente en la ribera hace acto de presencia el bosque mediterráneo en esta comarca, por lo que representa el lugar idóneo para dejar fuera los vehículos y comenzar una excursión a pie junto al río, entre el sonido envolvente del murmullo del agua. Sabiote puede convertirse, además, en el inicio del recorrido hacia el parque natural de Cazorla, Segura y Las Villas, o para continuar una visita por la comarca de La Loma, integrada por 13 municipios situados entre los ríos Guadalquivir y Guadalimar. A la sombra de Úbeda y Baeza está Sabiote con apenas 4.000 habitantes. La entrada a la localidad desde la carretera de Úbeda ofrece la zona nueva de un pueblo viejo, lo que da una primera impresión casi decepcionante. Es necesario adentrarse por las largas calles principales hasta llegar a la plaza del Ayuntamiento para descubrir lo que realmente esconde un casco antiguo que está declarado desde la década de los 70 conjunto Histórico Artístico. Al contrario de lo que ocurre en otros lugares donde se levantan altivas las fortalezas sobre alguna colina, el castillo de Sabiote no se distingue desde el acceso por carrera. Hay que buscarlo cuesta abajo para ver las murallas y la portada plateresca en no muy buen estado de conservación. Desde sus piedras se divisan las solitarias gárgolas que asoman por el muro exterior del castillo y los lienzos de los siglos XII y XIV que se aprovecharon para esta construcción. A la izquierda del inicio de la muralla surge un camino hacia el llano desde el que se divisan el castillo y la muralla. El camino proporciona al excursionista la excusa para recorrer a pie un terreno en el que se convive con los olivos, el cultivo por excelencia que condiciona todo el entorno natural, no sólo del pueblo, sino de una comarca llana que se rompe con la serranía de Segura. Una tarde de un domingo cualquiera en Sabiote tiene sabor. Pocos vecinos por las calles de la zona vieja, que siguen manteniendo la ya casi perdida costumbre de saludar a las personas con las que se cruzan, sean o no conocidas. Un buen recibimiento que prepara al viajero para que más tarde disfrute contemplando la iglesia de San Pedro, construida en el siglo XVI con los rasgos típicos de la escuela de Vandelvira, el diseñador de la renacentista catedral de Jaén. En el interior la luz es casi un privilegio. Un foco ilumina la imagen de la Virgen mientras una solitaria bombilla alumbra la diminuta hoja de oraciones del párroco, que comparte asiento con unos pocos feligreses. Un ambiente perfecto para disfrutar de las líneas rectas, las paredes blancas y los fríos pasillos. Lo mejor de este templo está en el exterior, en sus dos portadas, sobre todo la gótica isabelina desgastada por el tiempo, la lluvia y el viento. Datos de Interés Salidas desde Sabiote: Por la carretera N-322 aparece a ocho kilómetros de Úbeda un desvío que lleva hasta la localidad. Información en el teléfono del Ayuntamiento, situado en la plaza Puerta de la Villa, 953773002.