Los socialistas condicionan una alianza con el PNV a que rompa con el Acuerdo de Lizarra
Los socialistas vascos están en el punto de mira de los pactos de gobernabilidad que necesitan en Euskadi el PNV y el PP. Los concejales y junteros conseguidos por el PSE en las elecciones municipales y forales del 13-J son la llave que necesita la formación que lidera Xabier Arzalluz para no perder la Diputación Foral de Álava y el apoyo imprescindible para que el PP cristalice su victoria alavesa en mayorías absolutas, tanto en la Diputación como en el Ayuntamiento. Pero los socialistas se apresuraron ayer a advertir al PNV de que la única posibilidad de acuerdo con esta fuerza pasa por que ponga fin al Pacto de Lizarra "y reoriente su política y su posición". El responsable de Política Institucional del PSE, el guipuzcoano Jesús Egiguren, anunció ayer que la ejecutiva de su partido acababa de decidir que sólo daría apoyo al PNV en un escenario de pacto global, que se sustentase tanto en los ayuntamientos como en las diputaciones y en el propio Gobierno autónomo, actualmente integrado por PNV y EA con el apoyo externo de EH. "Mientras el PNV y EA gobiernen en Vitoria con el apoyo de EH y con la política inspirada en la visión independentista y autodeterminista de Estella, no vamos a pactar con ellos en ayuntamientos e instituciones forales", declaró taxativo el número dos del PSE.
Al PNV le bastaría con el apoyo de los socialistas para gobernar las Juntas de Vizcaya y las de Guipúzcoa, mientras que en las de Álava necesitaría además a IU. Una situación que se repite en el Ayuntamiento de Bilbao, donde PNV, PSE e IU tendrían mayoría. En el Ayuntamiento de Vitoria al PP le bastaría el PSE, y en la Diputación alavesa además necesitaría el concurso de UA. En el Ayuntamiento de San Sebastián es el PSE el que tendrá que elegir novia para que Odón Elorza pueda renovar mandato.
"El problema del nacionalismo para pactar tras estas elecciones", declaró Egiguren, "es que al sumarse a las tesis de HB, la gente ha preferido el original a la fotocopia, y ha votado a HB, colocando al PNV en una situación muy difícil". "Son ellos, el PNV, los necesitados de rectificar su política y volver a la del entendimiento con otras fuerzas, y en concreto con los socialistas", concluyó.
La exigencia del PSE obligaría al lehendakari, el peneuvista Juan José Ibarretexe, a una remodelación de su Ejecutivo apenas cinco semanas después de la firma del acuerdo de apoyo externo de EH -las nuevas siglas electorales de Herri Batasuna-. Pero, de entrada, el portavoz del Gobierno vasco, Josu Jon Imaz, aseguró ayer que la alianza nacionalista no se va a deshacer "porque es un activo para la paz". Tras sugerir que los resultados obligan a los partidos a buscar escenarios de acuerdo y no de confrontación, Imaz explicó que "lo serio es seguir trabajando y profundizando en esta vía", es decir, en el pacto firmado con EH.
Aun así, el presidente del PNV, Xabier Arzalluz, aseguraba que el PSE es el partido preferido por su formación para gobernar en ayuntamientos y diputaciones. Después del fracaso de las negociaciones entre el PNV y el PSE para formar Gobierno tras las elecciones autonómicas del 25 de octubre del año pasado, y de la apuesta posterior de Arzalluz de formar una mayoría parlamentaria con EH, basada en el Pacto de Lizarra, el presidente nacionalista aseguraba ayer en una entrevista en Canal Bizkaia que es "perfectamente posible un pacto de la coalición PNV-EA con el PSE y EH para las instituciones locales y provinciales". Consciente de que puede perder Álava, Arzalluz moderó su discurso y dijo: "El PNV no quiere frentes PNV-HB o Lizarras, y para eso sería interesante que los socialistas participasen tanto en las instituciones como en el proceso de paz, con los matices que sea".
Desde la otra parte del arco político, el PP también reclamaba ayer el concurso de los socialistas. El presidente de los populares vascos, Carlos Iturgaiz, tiene muy claro que no va a pactar con el PNV mientras no ponga fin al Pacto de Lizarra y al "frente nacionalista" al que ha dado lugar a este acuerdo. El PP lanzaba así un guiño a los socialistas, y les advertía de que un eventual acuerdo PSE-PNV sería "sancionado" en las elecciones generales del próximo año, como en éstas han sido castigados PNV e IU, firmantes ambos de Lizarra.
En este panorama de ofertas y contraofertas, Eusko Alkartasuna ha ido un poco más allá. Su secretario general, Rafael Larreina, apostaba por pactar con el PSE sin abandonar Lizarra. Además propuso un pacto en Navarra formado por los socialistas, CDN, EA y EH. "Están descartados los pactos con el PP", dijo.
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