El Partido Popular gana en Álava y Vitoria, y EH experimenta la mayor subida de votos
VIENE DE LA PÁGINA 1 En la Diputación de Álava, que fue la última en hacer públicos los resultados y cuyo diputado foral, Félix Ormazabal, no había comparecido a las 11.45, la situación que dibujan los resultados supone un claro revés para los nacionalistas. La PNV-EA pierde la primera posición a costa de los populares, aunque por un solo juntero (16 del PP, frente a los 15 de la coalición nacionalista), pero las fuerzas no nacionalistas, sin contar a IU, suman 28 representantes, por 21 los partidos nacionalistas. El varapalo de Unidad Alavesa (UA), la formación que lidera Pablo Mosquera, es considerable y beneficia directamente a los populares. UA desciende de las nueve actas que logró en las pasadas elecciones a obtener sólo 3 en las Juntas de Álava. Por el contrario, Euskal Herritarrok, la marca electoral de HB, sube de cuatro a siete junteros, colocándose como la cuarta fuerza en el Parlamento provincial alavés. Los socialistas experimentan un claro ascenso, al pasar de 7 a 9 junteros. Por su parte, los electores vuelven a pasar una pesada factura a IU. La coalición de izquierdas que dirige Javier Madrazo pierde un representante en las Juntas alavesas (pasa de 3 a dos junteros). Por contra, en el territorio guipúzcoano, la coalición PNV-EA que lidera Roman Sudupe se encarama a una holgada primera posición con 18 representantes, a tres de su inmediato seguidor, Euskal Herritarrok (15). Sin embargo, pierde cuatro escaños respecto a la cifra que lograron en 1995 por separado: PNV, 12 junteros y EA 10. El tirón más fuerte lo ha logrado la marca electoral de Herri Batasuna, que pasa de tener 11 a 15 junteros. La subida de los populares no ha sido tan espectacular como la lograda en las elecciones autonómicas de octubre pasado. De hecho, el PP sólo ha subido un juntero, al pasar de 7 a 8 representantes. Izquierda Unida sufre de nuevo un retroceso en Guipúzcoa y se queda sólo con dos representantes en ese parlamento provincial. Sudupe reconocía ayer que "el panorama de la Diputación se complica extraordinariamente". Los datos lo confirmaban: la coalición PNV-EA no podrá gobernar en solitario como deseaba y, además, va a tener en EH un socio muy reforzado. De no interfererir otro tipo de acuerdos impuestos por intereses superiores, la Diputación foral de Guipúzcoa deberá estar gobernada por PNV-EA y EH Tirón de Odón Olorza Los resultados confirman que en San Sebastián el tirón de Odón Elorza vaticinado por las encuestas ha superado todas las previsiones. Los donostiarras le han dado su confianza hasta tal punto que le permite desmarcarse claramente de sus competidores: se adelanta hasta siete puntos de la coalición PNV-EA y diez puntos de EH y PP. Este último partido pasa de ser el más votado en 1995 a la tercera fuerza política al restar, con los últimos datos escrutados, un concejal a EH, que pasa a la coalición PNV-EA. El alcalde socialista va a poder gobernar la ciudad por vez primera como el candidato más votado y no como resultado de un pacto electoral, una espina que llevaba clavada personalmente. Su labor como buen gestor de la ciudad, su discurso político propio e independiente del oficial de su partido y su compromiso con la reconciliación para liderar la actuación de los alcaldes en el futuro proceso de pacificación serían los principales méritos que le han llevado a destacar tan extraordinariamente de sus competidores. Ello hace suponer que los donostiarras le han preferido por encima de los compromisos militantes de su partido. De confirmarse la tendencia que impugna una línea de alianzas frentista, es muy posible que Odón Elorza opte por repetir gobierno con PNV-EA, lo que garantizaría estabilidad y pluralidad en San Sebastián. Elorza dijo en campaña que no gobernaría si no resultaba el más votado y aseguró que no iba a hacer coaliciones extrañas, en alusión a un pacto con el PP. Por otra parte, el estancamiento de la coalición PNV-EA habría que entenderlo no sólo por la falta de perfil político de su candidato, Enrique Arana, sino por la subida de EH. Ha sido en la capital guipuzcoana donde la suma nacionalista ha dado peores réditos. Y quizá no sea casual que fuera en San Sebastián donde se vivió con más crudeza la escisión entre el partido de Arzalluz y el de Garaikoetxea, lo que llevó a que EA perdiera la alcaldía. Además de nutrirse de disconformes de EA, Euskal Herritarrok subiría puntos a costa de Izquiera Unida en la tendencia ya marcada en los comicios de octubre. El Partido Popular es la fuerza que más pierde. Pasa de ser la más votada a la tercera o cuarta fuerza política de la ciudad. Ya no ha funcionado el efecto Gergorio Ordoñez, que elevó a los populares a la condición de primera fuerza hace cuatro años, y María San Gil no ha podido con el tirón de Elorza. En Vitoria el PP logró su objetivo y desbancó al PNV-EA como fuerza más votada. Los esfuerzos sumados de los dos partidos nacionalistas (EA ya quedó sin representación en 1995) no sirvieron para frenar la pérdida de dos concejales, de los 9 que obtuvo José Ángel Cuerda a los 7 que respaldaron ayer la candidatura de María Jesús Aguirre. El despegue de EH ha sido menos espectacular que en otros sitios y ha ganado un concejal, de 2 a 3. El descalabro de UA no se traduce en su desaparición del Ayuntamiento, pero pierde su condición de tercera fuerza, al pasar de 5 a 2 ediles. Ha cedido dos al PP, que sube de 5 a 9 y uno a los socialistas, que ocuparán cinco asientos en lugar de 4. El resultado hace imposible un gobierno nacionalista, ni siquiera incorporando a IU. El PP podría gobernar con los socialistas sin necesidad siquiera del complemento de UA.
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