El Tenerife desciende ganando

El Tenerife confirmó ayer todos los pronósticos y, después de dos temporadas lamentables, se rindió a su destino. A pesar de ganar al Valencia, la victoria del Villarreal lo hundió en la Segunda División ante la resignación de un público que siguió demostrando el amor por los colores. El Valencia no supo aprovechar el desánimo canario y, con poca ambición, renunció a alcanzar el segundo puesto. El Tenerife se presentó en el campo con la moral tan baja como la Segunda División. Los dos goles que llevaba el Villarreal en El Madrigal, mientras calentaban los jugadores canarios, hacía presagiar una tarde triste y dramática para los de casa. Para colmo de males, el lateral derecho Dani volvió a cometer otro de los innumerables fallos que ha tenido esta temporada y Angulo se aprovechó de la situación para adelantarse en el marcador a las primeras de cambio. Aunque la afición trataba de mantener las formas, gran parte de la grada comenzó a pitar con insistencia a sus jugadores. El ambiente era desolador para el Tenerife y muy propicio para el Valencia, que buscaba el segundo puesto de la Liga aunque con la vista puesta en Mallorca. El conjunto levantino lo tenía todo a favor. Un rival hundido y un gol de diferencia en el marcador, que le permitía realizar su mejor juego, el del contraataque.

Los males para el Tenerife no sólo estaban en el Heliodoro Rodríguez. En Castellón, el Villarreal sentenciaba su partido ante el Racing y daba el pasaje definitivo del conjunto canario a Segunda División. Era el final de una década entre los grandes, en la que el conjunto insular fue protagonista de gestas históricas, tanto en Liga como en la Copa de la UEFA.

El partido no tenía ritmo ninguno y el Valencia se conformaba con mantener el orden en el campo. A la media hora, el partido recobró algo de interés con la única jugada meritoria del Tenerife que acabó en gol de Pier. El jugador hispanoitaliano de la cantera tinerfeña volvió a destacarse como uno de los pocos que ha demostrado orgullo en esta recta final de Liga. Tras el gol, el Valencia comenzó a complicarse la vida. Soria recibió la segunda tarjeta amarilla y fue expulsado, lo que obligó a Ranieri a recomponer sus líneas. El preparador italiano retiró a un desafortunado Vlaovic, introdujo a Juanfran en defensa y dejó sólo al piojo López en punta.

La afición del Tenerife vivió la segunda mitad mentalizada del fatal destino de su equipo y sacó todos los gritos de guerra que había guardado durante dos temporadas. La grada hizo la ola, coreó con olés los pases de su equipo y cantó con desgarro dos nuevos goles del Tenerife, como despedida de la Primera División. El Valencia fue cómplice en esta "fiesta de despedida" y sucumbió ante el juego ya relajado de su rival, sin que pareciera que éste se jugara algo.