González afirma que Aznar dejará libres a los etarras y seguirá persiguiendo al PSOE
En plena bronca política por sus duras declaraciones del día anterior contra Julio Anguita y José María Aznar -primero dijo de ellos que eran "la misma mierda" y luego, tras excusarse, matizó que eran "la misma cosa"-, el ex presidente del Gobierno Felipe González dio ayer una nueva vuelta de tuerca en su réplica a los ataques que los socialistas vienen recibiendo del PP e IU desde el inicio de la campaña del 13-J. El PP, dijo González en Dos Hermanas (Sevilla), "preferirá poner en libertad a todos los asesinos de ETA y seguir persiguiendo a los socialistas, que son para ellos sus enemigos". Tras recordar que ya pidió disculpas por sus polémicas palabras en Badajoz, anunció que ahora espera que también el PP se disculpe por utilizar contra él "a los magistrados del Tribunal Supremo en su contrapropaganda" electoral.
, El cúmulo de calificativos que ayer le dedicaron el Gobierno y el PP no le arredró. El ex presidente del Gobierno socialista Felipe González aprovechó su intervención en una comida con 300 militantes en Dos Hermanas para devolver los golpes que la derecha le viene propinando desde su "viaje al centro del rencor". Coincidencias de la campaña, en Sevilla se encontraba también José María Aznar. Primero confesó González que en esta campaña se está divirtiendo mucho ("yo no soy candidato a nada y están cada vez más nerviosos") y que muchas situaciones le producían risa. También reconoció que a veces se equivoca: "A veces meto la pata y digo que son la misma mierda, pero después pido excusas". Y luego sentenció que, si bien no se debe utilizar ese lenguaje, el PP debe comportarse con reciprocidad: "Espero que pidan excusas a los jueces del Tribunal Supremo por utilizarles en contrapropaganda, insultándolos, y por hechos más graves" como cuando a los socialistas les llaman "asesinos". González aludía a la página de publicidad que el PP insertó en la prensa de Asturias el mismo día que se informaba del mitin que el ex presidente socialista había pronunciado la noche anterior en la capital del Principado. En este anuncio pagado aparecía fotografiado Felipe González, con toga, en la apertura del Año Judicial de 1995, cuando era presidente del Gobierno, y tras él varios magistrados del Supremo. Bajo el título "El pasado volvió ayer a Asturias", el PP incluía frases como "La corrupción habitual, fondos reservados, GAL, Filesa... ¿Es deseable que se repitan estos hechos?". Antes de sentarse a almorzar con los militantes de Dos Hermanas, González justificó sus palabras del día anterior en Badajoz indicando que se siente "muy libre" para realizar este tipo de declaraciones, entre compañeros, "en tono coloquial", y argumentó que, en todo caso, era "un insulto menor" respecto de la cantidad de los que él recibe. Con este preámbulo sugería ya por dónde iba a ir su discurso. Desde el inicio de la campaña, según recordaban ayer fuentes del PSOE, los socialistas, en general, y el ex presidente del Ejecutivo, en particular, han venido acumulando una serie de agravios a los que González ha decidio responder en esta recta final. El anuncio del PP en la prensa asturiana fue el penúltimo. Después vinieron las declaraciones de Julio Anguita, líder de IU, llamando al socialista Javier Solana, secretario general de la OTAN, "criminal de guerra". Ayer, por añadidura, Pedro Marset, secretario de Politica Exterior de IU, dirigía una carta al fiscal del Tribunal Internacional de La Haya instándole a actuar contra Solana y Bill Clinton, presidente de EEUU, por los bombardeos sobre Yugoslavia.
El "pasado" y la "nada"
Pero antes el presidente del Gobierno, José María Aznar, había proclamado en Badajoz que la etapa de Felipe González, jefe del Ejecutivo durante más de 13 años, representaba el "pasado" y la "nada". Era un nuevo feo al "abuelo cebolleta", calificativo que los populares le han dedicado en esta campaña, y se sumaba al hecho de que, en criterio de los socialistas, el Gobierno del PP, para desviar la atención del caso del lino, no tuviera el menor recato en anunciar oficialmente, en plenas elecciones, que había mantenido conversaciones con altos dirigentes de ETA. La indiscreción de las negociaciones con la banda terrorista, sobre las que los socialistas habían hecho con Aznar un pacto de silencio, fue precisamente ayer motivo de duro comentario por parte de González. Rodeado por los suyos y algunos familiares (compartió mesa con su hermana Lola y con su cuñado, Francisco Palomino), el ex líder del PSOE, muy relajado, indicó que su partido se portó "con razón y sentimiento" con Adolfo Suárez, primer presidente del Gobierno de la transición, mientras que "éstos" han introducido el "rencor y el resentimiento". "El PP", sentenció, "preferirá poner en libertad a todos los asesinos de ETA y seguir persiguiendo a los socialistas, que son para ellos sus enemigos". En esta línea de contraataque, el ex presidente dijo que se "harta de reír", frase que empleó varias veces, cuando el PP asegura que él pertenece a otra época. "Es verdad. Represento el pasado de la lucha por las libertades, la democracia, la Constitución, de la presencia de España en Europa. Yo tengo pasado y me reconozco en él. Ellos no tienen y se tienen que remontar a Cánovas". En este punto, González simuló sorpresa porque le recordaran su veteranía política, cuando miembros de familias de la derecha ocupan cargos de relevancia. Citó a Pío Cabanillas, Rodrigo Rato, Rafael-Arias Salgado, Margarita Mariscal de Gante y al propio Aznar, y a cada apellido le colocó la coletilla "de los de toda la vida". De José María Aznar, del que llegó a imitar su peculiar sonrisa, se mofó por presumir de sus relaciones con los líderes socialdemócratas europeos. "Me harto de reír cuando veo a Aznar hablando de Blair y Schröder. Ellos no saben que dice estas cosas y no se ocupan de él". Y, puestos a dar, devolvió al presidente del Gobierno las descalificaciones que éste le había dedicado en Badajoz el 7 de junio. Aznar, dijo González, "no es nadie y no representa nada". González remató su larga y distendida intervención acusando al PP de carecer de ideología ("son ácratas de derecha y autoritarios") y de convertir la televisión pública en TVE "de las JONS".
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