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123 sindicalistas fueron asesinados el año pasado por su actividad laboral

, La Confederación Internacional de Organizaciones Sindicales Libres (CIOSL) informó ayer que durante 1998 fueron asesinadas 123 personas por sus actividades sindicales, 1.650 sufrieron ataques o heridas, 3.660 fueron arrestadas y 21.427 despedidas. El Informe Anual sobre las Violaciones de los Derechos Sindicales 1999 es el primer estudio de la CIOSL que abarca la cifra récord de 119 países y fue dado a conocer en Ginebra, paralelamente a la celebración de la Conferencia de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). En la presentación del estudio, el secretario general de la organización sindical, Bill Jordan, pronosticó que "los sindicatos seguirán sufriendo graves violaciones de sus derechos mientras estrechan sus vínculos para luchar por los derechos de los trabajadores en el siglo XXI". América Latina es la zona más peligrosa para el ejercicio del sindicalismo y, de sus países, es Colombia de nuevo el que aparece en el primer lugar de esa lista negra, con 98 sindicalistas asesinados. Según el informe de la CIOSL, en este país la Iglesia católica ha calificado a los dirigentes de los trabajadores como "pecado de la sociedad actual". Siete sindicalistas más fueron asesinados en Bolivia y tres en Ecuador en el transcurso de manifestaciones de trabajadores contra los aumentos de precios. Del grupo de países en los que las agresiones son moneda corriente sobresale Kenia, y se han documentado casos de brutalidad policial en manifestaciones de protesta. Situaciones similares se han detectado en Indonesia y Croacia, en concentraciones contra la degradación de las condiciones sociales. Los arrestos son moneda corriente sobre todo en Kazajstán, donde en junio fueron detenidos 200 trabajadores porque pedían el pago de salarios atrasados. Más tarde, el Gobierno aprobó una ley prohibiendo las marchas y concentraciones. En Corea del Sur se efectuaron arrestos masivos de miembros del sindicato KCTU cuando protestaban por la pérdida de puestos de trabajo, y, a finales del año pasado, fueron retenidas 488 personas. China también detiene a los trabajadores que intentan liberarse del sindicato oficial AFCTU, y en enero corrieron esa suerte los dirigentes Li Qingxi y Zhao Changping en compañía de cientos de trabajadores.

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