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Reportaje:

"Que no las dejen solitas"

"Estoy aquí, aquí solita, pensando en ti, comiéndome la cabecita..." Eran casi las tres de la mañana cuando Rosario despedía con esta canción el concierto que siete artistas españolas ofrecieron la noche del miércoles en Sevilla para que nadie olvide la terrible represión que sufren a diario las mujeres de Afganistán, cuyas fronteras se han convertido en una cárcel para ellas. Durante cinco horas, en un escenario instalado en la Plaza de España, Cristina Hoyos, Niña Pastori, Estrella Morente, Clara Montes, Marina Heredia y Consuelo dedicaron de forma desinteresada su cante y su baile a las víctimas del régimen talibán en el concierto Flores para las mujeres afganas, organizado por la Unesco y la asociación Together in the World. "Que el mundo haga algo por estas mujeres, que no las dejen solitas" reivindicó la menor de la familia Flores. Acompañada por su banda de rock, en la que tocan dos músicos cubanos, el guitarrista Dayán Abad y el percusionista Moisés Porro, Rosario puso el contrapunto flamenco a su actuación cuando invitó a subir al guitarrista Raimundo Amador, que poco antes había sido desalojado junto a su prole y otros artistas por el servicio de seguridad de la rampa de acceso al escenario porque "estorbaban". La mayoría de los asistentes al concierto eran jóvenes que llevaban claveles. Durante todo el día, voluntarias ataviadas con burka - el hábito con que las afganas son obligadas a vestir desde los 12 años y que las cubre de la cabeza a los pies con una rendija para los ojos- se habían encargado de repartir por la ciudad 40.000 flores de invernaderos andaluces, invitando a quien quisiera a probarse la prenda. Begoña Murillo, una sevillana de 27 años, lo hizo. "Es increíble. Si te lo pones por gusto, bueno, pero tener que llevar eso a la fuerza ... Sólo tienes una rejilla delantera para ver, como los caballos, porque los lados están cubiertos. Y un hueco para sacar las manos". Un mensaje reiterado por los altavoces recordaba lo que significa nacer mujer en ese país. "Las afganas no tienen derechos. Se les ha negado el acceso a la educación y al trabajo, no pueden ir a los hospitales, sólo a algunas clínicas con personal femenino, escasas y mal habilitadas. Tienen prohibida la comunicación con los hombres..." Los presentadores, Jesús Vázquez y Candela Palazón, también se refirieron, casi con incredulidad, a la sentencia que en 1996 condenó a una niña de 10 años a la amputación de sus dedos "por haberse pintado las uñas". Y dieron otro dato igualmente escalofriante: Afganistán, que antes de la llegada al poder de los fundamentalisas talibanes en 1996 contaba con un tercio de la población femenina dedicada a la enseñanza, tiene el índice más alto de suicidios entre mujeres, y el medio más empleado es la ingestión de sosa cáustica. Con un "¡Vamos allá, por ellas!" se arrancó la cantaora Estrella Morente. "Yo tengo 18 años y no puedo testimoniar lo que pasan esas mujeres", dijo, "pero desde aquí lanzo mi grito de esperanza". Con este concierto, Together in The World, una asociación sin ánimo de lucro que tiene como objetivo promover el respeto a los derechos humanos en el mundo, no pretendía recaudar fondos, sino sensibilizar a la opinión pública. "Se intentan cambiar actitudes a través de expresiones culturales como ésta", comentó Salvador Vilalta, director de proyectos de la organización. Y lo hacen con flores y canciones para las mujeres afganas, aunque sea sólo un símbolo.

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