Para Antic es un aliciente moral no recibir ningún gol
, El partido que jugaron el Atlético y el Deportivo ayer en el Calderón registró dos puntos destacados: el riego por asperción se encendió en pleno duelo futbolístico (minuto 37) y el equipo local se fue al vestuario sin que su rival le metiera un gol. Ayer no marcó nadie, pero, según el técnico rojiblanco, Radomir Antic, el hecho de que las redes de la portería de Molina no hayan sido sacudidas por un remate del contrario es "anímicamente muy positivo". Un aliciente moral que el Atlético no disfrutaba desde el 27 de febrero, cuando empató con el Oviedo (0-0) en el Calderón, en Liga. Desde entonces, en los 12 partidos de Liga, y en los 4 de Copa de la UEFA, el club madrileño siempre recibió algún gol. Este hecho dio pie a jugadores, técnicos y directivos, a destacar, como hizo José Mari, la "importancia de la buena imagen dada por el Atlético de Madrid". Toda la institución advirtió un cambio en las formas. Un asunto -el de la imagen-, más cercano a la mercadotecnia que a este deporte, y que, alguien muy interesado, como el portero Molina, fue el único en relativizar con su habitual mirada incrédula y sus frases cortantes: "Mantener la puerta a cero es un objetivo de cualquier eliminatoria, y, además, es el mío propio como portero". Molina (que todavía sigue sin renovar su contrato) admitió que sus paradas fueron "decisivas". Si hay algien a quien los aficionados rojiblancos deben el 0-0 es a su portero que se lució frente a Hadji en dos ocasiones y al sacar dos pelotas envenenadas a Djalminha y Flores
Antic mentaliza a Valerón
"Valerón nos da otra dimensión como equipo", enfatizó Antic. La salida del canario, en el último cuarto, clarificó las posibilidades de juego en el Atlético con un pase de precisión sin par entre sus compañeros. El técnico prepara mentalmente al jugador para disputar el derby contra el Madrid -tras la operación de su rodilla derecha- y no quiso que jugara los 90 minutos. Antic sabe que Valerón es su carta fuerte del sábado. Y se confiesa perplejo ante su talento: "Durante los entrenamientos hace cosas que te dejan sorprendido". El partido de ayer se decidió en el centro del campo, según Antic. Allí, Mauro Silva fue el elemento determinante, dijo el técnico serbio: "Mauro robaba muchos balones y repartía juego muy rápido hacia adelante, con peligro de descolocarnos. Para evitar estos contragolpes los jugadores se retrasaban, y así nos quedábamos muy atrás". El Deportivo tuvo el partido -y al Atlético- en la mano. Pero perdonó, y así lo hizo ver su entrenador, Javier Irureta. "Fue un partido para sentenciar la eliminatoria en los primeros 15 minutos de la segunda parte".
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