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Yahoos

JUANJO GARCÍA DEL MORAL Llegados los tiempos electorales, muchos políticos tienden a parecerse a los yahoos descritos en esa deliciosa pieza que el gran Jorge Luis Borges tituló El informe de Brodie. Los miembros de esa extraña tribu, que el argentino sitúa en el centro de África, tienen costumbres y peculiaridades que guardan cierto paralelismo con las actitudes de algunos políticos en época electoral. Entre esas cualidades de los yahoos destaca la ausencia de memoria, que sólo poseen algunos miembros de la tribu, aunque en grado mínimo, de manera que pueden "recordar por la tarde hechos que ocurrieron en la mañana o aun la tarde anterior". Otra, muy relacionada con la anterior, se refiere al concepto de paternidad: "No comprenden que un acto ejecutado hace nueve meses pueda guardar alguna relación con el nacimiento de un niño". Pero, paradójicamente, gozan de la facultad de la previsión, de forma que son capaces de declarar "con tranquila certidumbre lo que sucederá dentro de diez o quince minutos". Parecidas alteraciones de la memoria se manifiestan estos días entre la clase política a la hora de presentarse ante los ciudadanos para pedir el voto: bien cuando no se recuerdan promesas hechas en su día o bien al formular las promesas con las que se edulcoran los discursos. Son muchos los paralelismos. Animo al lector a extraerlos de estas otras peculiaridades de los yahoos citadas por Borges: "La falta de imaginación les mueve a ser crueles. Tienen la costumbre de ocultarse para comer o al menos de cerrar los ojos para no verse mientras lo hacen, aunque lo demás lo hacen a la vista de todos. Son insensibles al dolor y al placer, salvo al agrado que les dan la carne cruda y rancia y las cosas fétidas. En sus guerras usan las piedras y las imprecaciones mágicas. Cuentan con los dedos uno, dos tres, cuatro, muchos: el infinito empieza en el pulgar. Para llamarse, lo hacen arrojándose fango". Quizá el escritor argentino pensó en estos paralelismos cuando dejó escrito: "Creo que con el tiempo mereceremos que no haya gobiernos". Afirmación que, viniendo de él, que nunca negó sus preferencias políticas, podría parecer sospechosa, pero que relacionada con tales semejanzas parece deseable.

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