Pujol corrige a Molins y descarta un pacto con el PP en Barcelona

Convergència i Unió (CiU) no pactará con el Partido Popular (PP) en el Ayuntamiento de Barcelona para arrebatarle la alcaldía al socialista Joan Clos. Al menos de momento. El propio presidente de Convergència, Jordi Pujol, cerró ayer la puerta a posibles pactos de coalición con los populares y los supeditó a la aceptación del programa nacionalista. "No habrá negociación previa. Nos votaremos a nosotros mismos, y quien nos quiera apoyar que lo haga, pero habrá Gobierno monocolor", declaró Pujol corrigiendo así a Joaquim Molins. El hecho de que el candidato nacionalista dejara entrever al inicio de la campaña que estaba dispuesto a pactar con el PP causó un profundo malestar entre las filas de Convergència, sobre todo después de que el actual equipo municipal (PSC, IC y PI) lo aprovechara en su discurso electoral para contraponer un gobierno de izquierdas a uno de derechas. Los dirigentes de CiU rectificaron ayer y recuperaron las palabras del anterior candidato a la alcaldía de Barcelona, Miquel Roca. "No considero otra posibilidad que la de ser la lista más votada", afirmó Molins, repitiendo una de las frases preferidas de Roca. Sin embargo, fuentes de CDC precisaron que cabría una posible negociación con el PP después de las elecciones generales, según la correlación de fuerzas en el Parlament y en el Congreso. El alcalde Joan Clos le recordó a Molins que en la campaña de las elecciones generales de marzo de 1996 ya negó un pacto con el PP. "Pasaron del plantem cara al pacto del Majestic", dijo Clos. La nueva estrategia diseñada por CiU se evidenció ayer: críticas sistemáticas al Partit dels Socialistes y apoyo sin fisuras de los líderes de la coalición al candidato.